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Our Voice y la Orquesta de reciclados de Cateura de Asunción, deslumbrante proyecto en Bañados del Sur

Por Jean Georges Almendras, desde Asunción, Paraguay-12 de octubre de 2019

Bañados del Sur, está ubicado a tan solo quince minutos del centro de Asunción del Paraguay. Un barrio donde las inundaciones hacen estragos entre sus habitantes y las dificultades económicas son severas. Un barrio donde la basura se amontona por toneladas. Un barrio en el que desde hace quince años se lleva adelante un proyecto que deslumbra y que se constituye como una verdadera enseñanza de vida y de educación.

Hay en Bañado Sur una orquesta de instrumentos reciclados. Es la Orquesta de Cateura, que cuenta con una Asociación de Padres con personería jurídica que se encarga de organizar y administrar el proyecto y que fue conformada a través de una Asamblea Comunitaria.

Porque el Estado paraguayo está ausente. Absolutamente ausente.

Pero la Orquesta no para de tocar, dentro y fuera del territorio paraguayo. La Orquesta nació hace 15 años y hoy el Proyecto está avanzado. Tan avanzado que ahora los niños y los jóvenes que la integran ya han recorrido varios países. Su música ha cruzado fronteras. El proyecto ha cruzado fronteras. Y el éxito es mayúsculo.

Allí estuvimos…

Desde la calle, el edificio sede la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura parece un edificio más. Una edificación de dos plantas y prolija en su fachada, pero nada más. Y la calle está inundada de aguas servidas y además está severamente agrietada. Una constante del barrio Bañados del Sur. Un barrio sobrado en carencias de saneamiento y de calidad de vida. Un barrio de trabajadores que reciclan la basura. Un barrio de trabajadores que sobreviven calles adentro del centro de la capital paraguaya gracias a la albañilería, trabajos domésticos y otros oficios.

Es impensable suponer que en las entrañas de esa construcción pueda sobrevivir un proyecto inédito, removedor y revolucionario musicalmente, y socialmente. Impensable pero es real. Un proyecto que tomó a la basura como objeto central y principal.

Es impensable suponer que junto a una construcción que poco tiene de edificio destinado al estudio de la música, se encuentren otras construcciones ruinosas rodeadas de calles mal olientes. Impensable, pero es real. Un proyecto de elevadísimo valor cultural, en medio de los basurales de Bañado Sur.

Mientras otras sociedades deben asumir que la basura es un grave problema de los centros urbanos, por su acumulación, por la salubridad y por los riesgos de contaminación, en Bañados Sur el reciclaje de los residuos presenta otra faceta.

La basura se la clasifica y se la recicla y se la transforma en instrumentos musicales: instrumentos de percusión, instrumentos de viento e instrumentos de cuerda. Y solamente, gracias a donativos, se adquieren los demás implementos para la construcción de instrumentos.

Pero no solo la basura vive esa metamorfosis. Los niños y adolescentes que viven en Bañado Sur también viven una metamorfosis de alto valor humano, social y cultural. Aptitudes y profundos deseos de superación de por medio hacen que los niños y jóvenes de ese barrio (donde es muy dura la lucha por la sobrevivencia diaria) cambien de vida literalmente.

El Proyecto no es solo transformar latas de dulces de mermeladas o cajones de frutas, o maderas en desuso, y otros residuos, en instrumentos, sino además, que los niños y los jóvenes de esa zona de Asunción estudien música, amen la música y encuentren en la música una razón de vida y quizás un medio de vida. Y además, de esa forma, tomen distancia de los peligros de nuestro tiempo: las adicciones a las drogas y al alcohol, el delito, la vagancia y la ignorancia, primordialmente, que allí están a la orden del día y a la vuelta de cada esquina.

Allí estuvimos…

Cruzando el umbral del portón de acceso encontramos un mundo sorprendente. Un amplio edificio en el que se respira cultura musical y en el que vemos ensayando a una orquesta. Al mejor estilo de los grandes institutos o conservatorios de los mejores centros urbanos. Se oyen ritmos; se ven jóvenes atentos al maestro director de la orquesta; atentos a sus indicaciones.

Atentos a sus indicaciones, atentos a los atriles con las partituras. Y tocando en instrumentos que se destacan no por su valor comercial sino por su valor artesanal, porque están hechos de latas, maderas y cajones.

Instrumentos que son una obra maestra de los luthierque forman parte del equipo, uno de ellos apodado “Don Jola”, a quien lapso después sorprendimos trabajando en un galpón alejado del edificio de estudio de música, donde él personalmente nos cuenta que él hace unos 150 instrumentos al mes, según las necesidades de los estudiantes.

Gladys Ruiz Días, una de las integrantes de la Asociación de Padres que apoya a la Orquesta, nos relata que el 70 por ciento de los instrumentos son extraídos de la basura. Nos relata además que todo se hace con mucho sacrificio, que en el edificio en el que nos encontramos comenzaron a funcionar desde el año 2013, que cuando hay invitaciones a la Orquesta para dar conciertos en el extranjero “que son muchas por suerte”se hacen denodados esfuerzos para costearnos los pasajes “y procuramos que los chicos pasen un viaje cómodos y sin necesidades”; también nos dice que los chicos viven la enseñanza con un entusiasmo indescriptible; que los instrumentos que allí se construyen no son comerciables; que son muchos los artistas internacionales que participan con ellos en conciertos en diferentes países del mundo, y que uno de ellos fue Steve Wonder.

Allí estuvimos…

Rodeados de jóvenes y de niños tocando con sus preciados instrumentos. Rodeados de salones de clase en cuyas puertas hay carteles donde se indica que tipo de instrumento allí se enseña. Rodeados de fotografías de los viajes por el mundo. De fotografías que son historias de vida, inolvidables. Historias de superaciones personales y sociales. Historias de niños y de jóvenes. Historias que son suyas y que también son historias de sus familias.

Allí estuvimos…

Los jóvenes de OurVoice no dan crédito a lo que ven y a la música que oyen, porque es la música sale del alma de niños y jóvenes cuya calidad de vida no conoce de alegrías, ni mucho menos de medios óptimos para transitar por los senderos de la música.

Allí estuvimos, con los niños y jóvenes de la Orquesta de Instrumentos reciclados de Cateura.

Fuimos afortunados por conocerlos, por vivir con ellos una mañana de ensayo; por verlos disfrutar de los instrumentos que no estarían a su alcance; por verlos crecer y verlos repletos de vida.

La vida de los músicos de la Orquesta de Instrumentos de Cateura de los Bañados del Sur de la ciudad de Asunción, en Paraguay.

De un Paraguay en el que el Estado “democrático” les ha dado la espalda,

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*Fotos de Our Voice, Leandro Gómez.