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giorgio5100Por Sandra De Marco
Algunos días después de la crucifixión, Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos se encontraban en el lago Tiberíades. En un tiempo en el que estaba vivo el anuncio de la Resurrección del Señor, el acontecimiento más extraordinario de la historia de esta humanidad, a sus discípulos no les correspondió ningún privilegio, ni les faltaron dificultades, tristezas y tribulaciones. Privados de todo sustento, esa noche Simón Pedro les dijo: “Yo me voy a pescar”.
Le dijeron: “Vamos nosotros también contigo”. Partieron, pues, y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. Cuando ya venía la mañana Jesús estaba sobre la ribera, pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dijo: “Muchachos, ¿tenéis algo para comer?” Le respondieron: “No”.  
Díjoles entonces: “Echad la red al lado derecho de la barca, y encontraréis”. La echaron, y ya no podían arrastrarla por la multitud de peces. Entonces el discípulo, a quien Jesús amaba, dijo a Pedro: “¡Es el Señor!”. Oyendo que era el Señor, Simón Pedro se ciñó la túnica - porque estaba desnudo - y se echó al mar. Los otros discípulos vinieron en la barca, tirando de la red (llena) de peces, pues estaban sólo como a unos doscientos codos de la orilla. Al bajar a tierra, vieron brazas puestas, y un pescado encima, y pan. Jesús les dijo: “Traed de los peces que acabáis de pescar”. Entonces Simón Pedro subió (a la barca) y sacó a tierra la red, llena de ciento cincuenta y tres grandes peces; y a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Díjoles Jesús: “Venid, almorzad”. Y ninguno de los discípulos osaba preguntarle: “¿Tú quién eres?” sabiendo que era el Señor.  Aproximóse Jesús y tomando el pan les dio, y lo mismo del pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús, resucitado de entre los muertos, se manifestó a sus discípulos. (Juan 21,1-14).
En un lugar y en un tiempo en el que todavía arde la espera de Su Regreso, después de haberse manifestado a través de las Sagradas Señales de Su Pasión, después de haber ungido los corazones de todos Sus hermanos con el espíritu de Verdad... hoy, como entonces, nos espera un viaje en una barca que surcará un mar borrascoso, que erradicará todas nuestras certezas en una noche de tinieblas. Como garras se elevaran furiosas las olas para arrancar hasta el último vestigio de lo mundano, hasta el último retazo del melancólico y fútil sueño que surja de la fuente de nuestras inseguridades. Ráfagas de viento cargadas de angustias del vivir cotidiano, nos sacudirán bajo una oscura extensión carente de estrellas, mientras que el soplido del violento disolverá los castillos de arena levantados sobre las playas desiertas de nuestro ego. Todo corazón dividido e incierto será dejado en manos de los miedos y de la duda, para que, después de una noche de fracasos y desilusiones, encuentre, como Pedro, confiando en la palabra del Maestro, la fuerza para tirar nuevamente las redes para renacer íntegro en la fe.
Ha sido escrito: “Dios no abandona al justo; lo salva de las insidias de los pecadores, y desciende con él al pozo de las tribulaciones; lo quita de las manos de quienes lo oprimen, no se aparta de su lado cuando está encadenado; entra en al alma de su servidor; le paga su trabajo, lo guía por un camino milagroso, infaltablemente le brinda techo y lumbre” (Sap. X, 13-17); así Noé se salvó de las aguas del Diluvio y Lot de la lluvia de fuego que condenó a Sodoma y Gomorra; Moisés y los Judíos de la tiranía del Faraón, de las olas del Mar Rojo, del hambre y de la sed; José del complot de sus hermanos, David de la lanza de Saúl, Daniel de las fáuces de los leones, Tobías del demonio Asmodeo y Elías de la ira de Jezabel.
En los extravíos, en los naufragios... cuando tiremos la red para recoger solidaridad y amor, y a la noche, cuando nos demos cuenta que no hemos recogido nada; en el desconsuelo y en la frustración... cuando todo sacrificio parezca en vano y prevalezca el sentimiento de abandono; en la persecución y en la calumnia... cada vez que se rompan las mallas de nuestras relaciones y los amigos se alejen para perderse en las aguas turbias de las tentaciones; en la enfermedad, en la pobreza y en la injusticia... cuando nuestro grito parezca no tener más eco y exhaustos, intentemos saciar las bocas de nuestros hijos... el faro de la fe de cada guerrero y de cada compañero de viaje, tendrá que erguirse sobre el indomable lamento del mar, para que, unidos con las manos firmes en el timón, jamás ninguno llegue a abandonar la barca ni sea arrastrado hasta lo profundo del abismo.
Porque las pruebas y los dolores que nos afligen no provienen de los hombres ni del demonio, sino del mismo Dios que envió a Satanás para tentar a Job, de Aquel que dijo: “Yo reprendo y castigo a todos los que amo” (Ap 3,19), para que el fuego de las pruebas queme todo lo impuro que existe, nos consolide y perfeccione en la virtud y nos convierta en dignos de servirlo. Cristo es más amado en el sufrimiento y en el tormento que en las alegrías y en las consolaciones y es allí que podremos medir nuestra fe y saborear cuán grande es Su fuerza. Si en las oscuras noches de la vida nos confiamos a Él y mantenemos abiertas las puertas del corazón, la luz de nuestros espíritus estallará para iluminar nuestro camino hasta llevarnos a la orilla donde está, desde siempre, el Maestro, que se ha quedado allí para esperarnos.
Un Maestro que nos invita a Su mesa, listo para servir a Sus hermanos y para, como hizo en la Cruz, entregarnos con el ejemplo la ley que regula los mundos infinitos: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, la entrega total e incondicional de si mismo.
 
1 de Enero de 2013 - Sant’Elpidio a Mare (Italia)
El año de la elección ya marcó su último gong; han pasado pocas horas de la media noche y nos encontramos aquí, reunidos, inaugurando el nuevo año, el alba de una Nueva Era. El alba de una nueva resistencia, bajo el estandarte de la revolución cristica, que nos acompañará en el camino del amor y de la justicia, para convertirnos, como dijo Ghandi, en ese cambio que queremos ver.
Giorgio toma la palabra y da inicio a esta reunión con la voz del Maestro:
 
DEL CIELO A LA TIERRA
 
SANTA NAVIDAD 2012
 
NO HE NACIDO EN VUESTRO MUNDO EN UN PALACIO IMPERIAL. ME HE ENCARNADO HACE YA 2000 AÑOS EN UNA GRUTA. HE SIDO Y SIGO SIENDO ENEMIGO DE LOS PODEROSOS Y DE LOS JEFES DEL SANEDRÍN. HE SIDO Y SIGO SIENDO AMIGO Y DEFENSOR DE LOS PEQUEÑOS, DE LOS INDEFENSOS Y DE LOS JUSTOS.
QUIERO RECORDAROS QUE HE SIDO ASESINADO, HE RESUCITADO, HE APARECIDO A MIS HERMANAS, A MIS HERMANOS Y LUEGO EL PADRE ADONAY, A TRAVÉS DE SUS ÁNGELES CELESTES Y DE LAS NAVES DE LUZ, HA PERMITIDO MI ASCENSIÓN AL CIELO.
HOY, 25 DE DICIEMBRE DEL ANNO DOMINI 2012 OS ANUNCIO, A TRAVÉS DE UN AMIGO Y DISCÍPULO MIO, QUE HE REGRESADO A LA TIERRA CON EL CUERPO DE JESÚS RESUCITADO PERSONIFICADO POR MI ESPÍRITU: EL CRISTO HIJO DE DIOS.
¡PREPARAOS!
PRONTO ME MANIFESTARÉ AL MUNDO Y CONMIGO 12 LEGIONES DE ÁNGELES  CON EL ARCÁNGEL DE LA JUSTICIA A CARGO.
¡PREPARAOS!
LLEGA EL TIEMPO DE VUESTRO SEÑOR. LLEGA EL TIEMPO PARA LA SALVACIÓN DE LOS JUSTOS, DE LOS BIENAVENTURADOS. LLEGA EL TIEMPO TAMBIÉN DEL EXILIO DE ESTA TIERRA PARA TODOS AQUELLOS QUE EN VUESTRO MUNDO, DESDE HACE TIEMPO, YA VIVEN Y HACEN VIVIR A LAS ALMAS EN EL TORMENTO DE LA SEGUNDA MUERTE.  
¡ALEGRAOS! ¡REGOCIJAOS VOSOTROS QUE HABÉIS SIDO DESPERTADOS POR MI CÁLIZ VIVIENTE ENTRE VOSOTROS ¡ATENTOS! NO CAIGÁIS EN LA DEPRESIÓN Y EN LA DESESPERACIÓN DE QUE NADA CAMBIARÁ Y DE QUE TODO ESTÁ PERDIDO.
¡ESTAD ATENTOS Y ALEGRAOS! ¡ALEGRAOS! ¡YO ESTOY AQUÍ! ¡TOCADME! RESPIRAD MI ALIENTO DE LUZ Y ESCUCHAD AL VERBO DEL CAMINO, DE LA VERDAD Y DE LA VIDA.
¡OS BENDIGO!
¡PAZ!
 
POR BOCA DE MI SIERVO Y VUESTRO SIERVO
 
Santa Navidad 2012
Sant’Elpidio a Mare (Italia)
25 de Diciembre de 2012
19:00 horas
 
Giorgio: Era Cristo quien hablaba… Dado que estamos todos juntos, están presentes los hermanos que representan a todas las Arcas de Italia, quiero repetir, por razones de transparencia, rectitud y hermandad, lo que dije hace quince días en la reunión conjunta con todos los hermanos de las Arcas de Sudamérica. Conceptos que, a quienes estaban conectados a través de internet y aquí presentes en la sala les pido que trasmitáis a los hermanos ausentes o que no han podido participar de esta reunión. Hoy es el primero de Enero de 2013. Hace algunos meses os dije que el destino de mi vida espiritual y física dependía del final de este año: espiritual, en lo que se refiere a la misión que estoy llevando a cabo en este momento en el mundo; físico, en el sentido que habría podido dejar este cuerpo con un traspaso (usando un lenguaje vulgar e impreciso se indica con la palabra muerte) a causa de una muerte violenta, por lo tanto, con mi asesinato, por razones de enfermedad o de destino trágico, más allá de que en realidad el destino nunca es trágico. Si llegaba a tener la posibilidad de superar el año 2012 habría tenido muchas probabilidades (las certezas sobre la vida y la muerte los únicos que las tienen son Dios y Jesús Cristo) de permanecer por un poco más de tiempo físico con vosotros sobre la Tierra en los próximos meses o años. Hoy, primero de Enero de 2013 todavía estoy aquí, por lo tanto esta profecía que tenía que cumplirse y que de todos modos tarde o temprano lo hará, en realidad simplemente fue postergada. Para usar las palabras pronunciadas por un gran hermano nuestro, amigo y también ejemplo de vida Paolo Borsellino, cuando sentía que era cuestión de tiempo el hecho de dejar este mundo, puedo decir tranquilamente: “Fue una cita postergada”. No se por cuanto, seguramente el tiempo que el Señor, que tiene en Sus manos mi vida y la de todos nosotros, decidirá si es necesario que siga permaneciendo con vosotros. Por lo tanto todo el tiempo, sea cual sea, un año, dos años, cinco, diez o incluso veinte años, lo dedicaré a la misión que me ha sido confiada el 2 de Septiembre de 1989. Es más, trabajaré con más fuerza, determinación y con más consciencia, porque ahora soy mucho más consciente de todas las cosas que están ocurriendo en el mundo, consciente de la verdad que se hace evidente a los hombres, del mensaje que he recibido y del mal contra el cual estoy luchando. Todo esto es porque en el año 2012 he comprendido definitivamente el motivo por el cual estoy aquí, quién soy, de dónde vengo y para qué he venido a este mundo. Creo que puedo decir tranquilamente que he comprendido cómo están las cosas en este momento en el planeta Tierra, y las cosas en los siglos de los siglos en el Cielo. Yo estoy aquí para servir, soy consciente de que no pertenezco a este mundo, porque definitivamente elegí romper no con todo el sistema de la sociedad terrestre, sino con algunos esquemas y reglas impuestas por la misma, para crear una alternativa. Elegí, porqué así me ha sido pedido, ir a vivir a Sicilia, tierra en la que estoy viviendo ahora para desarrollar la última parte de nuestra misión. Aquí en Sant’Elpidio a Mare, el Arca madre de todas las Arcas, donde en cierto modo nació mi Obra – que es la continuación de la Obra de Eugenio Siragusa que va desde los años ’50 hasta finales de los años ’90 – me he trasladado, de la misma manera que cuando estoy en Pordenone y en otras arcas de Italia. Palermo es la base y Sicilia es el territorio en el que tengo que trabajar, pero ahora más que nunca todos vosotros que me escucháis tenéis que ser partisanos.
Para usar las palabras que en estos tiempos surgen de la boca de un justo, tenéis que ser cada vez más partisanos de esta revolución, en nuestro caso espiritual y en cierto modo social. Ya que el 21 de Diciembre de 2012, el año de la elección, ha pasado, espero que en vuestros corazones haya madurado la elección definitiva de servir a esta Obra. El paso que tenemos que dar ahora es absolutamente utópico por un lado, pero decisivo por el otro. Siempre creí que la fe puede mover montañas, porque así está escrito en el Evangelio y tenéis que creer en lo que os digo ahora. Nosotros tenemos que trabajar sin ser fanáticos o violentos, evitando hacer locuras, es más, teniendo un discernimiento cada vez más agudo; siendo protagonistas, tenemos que actuar codo a codo, junto a nuestro hermano Giorgio, con una perspectiva; despertar a más almas, señalar al anticristo, luchar contra la mafia, ayudar a los pobres niños de Sudamérica y de Sicilia.
 
SI TENEMOS FE, LLOVERÁ MANÁ…
En el marco de esta elección de vida y de fe, que tiene que ser confirmada por todos vosotros ahora, inmediátamente, tenéis que trabajar incluso por una utopía. El Señor, si lo pensamos todos juntos, si creemos y lo deseamos en la misma medida, con toda nuestra fuerza, nuestra fe y con toda nuestra pasión, si lo hacemos por unanimidad, con el corazón, con todo el discernimiento y la madurez; nosotros podremos obtener un resultado: no tener que depender de nadie más. Es así, esta es una cosa que ya tenéis que comenzar a pensar, a rogar. No me hagáis la pregunta “¿Cómo hago? ¿Tu qué propuestas tienes? ¿Qué proyectos tienes para ello?”
Podéis compraros un billete de lotería, pero ese no es un proyecto, es arriesgar, intentar tener un golpe de suerte. No os digo que no lo hagáis, pero se lo tenemos que dejar hacer a quienes realmente no tienen más nada que perder.
Igualmente podéis gastar un euro para tentar la suerte, pero seguramente no es en lo que tenéis que pensar. El billete de la lotería es un intento, pero no es el proyecto y no es el camino ganador, como obviamente sabéis y sabemos. El camino ganador es pensar con fe. Pedir con fuerza: “Señor, si quieres que nosotros despertemos diez veces más de las almas que podemos despertar ahora, con nuestras limitadas posibilidades, tienes que quitarnos de la esclavitud”. Tenéis que creer, porque mañana por la mañana el Señor nos podría llegar a hacer este regalo.
Yo creo, estoy seguro de que a mi me lo hará, pero antes hay otro gravísimo problema que afrontar. Entre nosotros los combatientes no hay nadie que viva de renta, si así fuera iría inmediátamente a verlo y le diría que ayude a la Obra y que distribuya lo que es justo con sus hermanos; por lo tanto es mejor que no me lo diga. En este momento todos nosotros, hermanos de las arcas, tenemos que salir de la esclavitud en la que nos encontramos. Sobre todo tenemos que trabajar con nosotros mismos, todos juntos, no un solo grupo, no solo el Arca de Bari o de Palermo, pero pensar que, si el Señor nos llegara a dar la posibilidad, significaría ya no tener que trabajar ocho, diez, o doce horas para ganar una miseria, de la cual casi el 40% va al Estado, otro porcentaje a facturas y gastos para sobrevivir. Con el resto a duras penas logramos hacer las compras y pagar las deudas que hemos acumulado, seguramente no por habernos ido de vacaciones, sino para poder desarrollar la Obra. Por lo tanto nosotros, que ahora nos encontramos en estas condiciones, para ser operativos al cien por cien tenemos que salir de la esclavitud.
TRABAJAR PARA CRISTO
Pero, como decía, hay un problema muy grave que tenemos que superar, un patrón al que hay que convencer y vencer que se encuentra en el lugar más difícil de alcanzar, en un lugar espectacular, extraordinario: el más hermoso que pueda tener el hombre en su vida, pero es también el más inaccesible a excepción hecha de Dios y de Cristo y está dentro de nosotros. La verdad es esta. ¿Qué haremos? Señores, si hoy, primero de Enero de 2013 os doy este discurso es porque se lo que estoy diciendo. Vosotros no lo sabéis, podéis intuirlo y hacer preguntas, pero yo soy el único en medio a todas las personas que escuchan que conoce el verdadero motivo: nosotros saldremos de esta situación y entraremos en otra. No puedo deciros todo porque tenéis que analizar por vosotros mismos, pero os quiero ayudar. Desde hace cuánto tiempo, meses o años, os estoy diciendo: ¿ESTÁIS DISPUESTOS A DAR LA VIDA? ¿ESTÁIS DISPUESTOS A DEJAR TODO Y SEGUIR LA VERDAD? ¿ESTÁIS DISPUESTOS A RENEGAR A VOSOTROS MISMOS Y NO TENER MÁS PRIVILEGIOS? ¿A NO TENER MÁS COMODIDADES, A RENUNCIAR AL CANSANCIO, A DORMIR, A HACER GRANDES SACRIFICIOS, MUCHO MÁS GRANDES DE LOS QUE ESTÁIS HACIENDO ACTUALMENTE A CAUSA DE LA CRISIS ECONÓMICA? ¿ESTÁIS DISPUESTOS A RENUNCIAR A VUESTROS HIJOS, A NO VOLVER A VERLOS O A HACERLO UNA VEZ AL AÑO?Estas son las preguntas que nos tenemos que hacer, porque el Señor es otro tipo de patrón, totalmente diferente a los patrones terrestres que te pagan con una miseria. El Señor es un patrón honesto, que paga lo que es debido, pero tenemos que cumplir con nuestro deber, porque si no lo hacemos no solo nos quitará lo que nos ha dado, sino también el alma, porque hemos abusado de Su misericordia. Para un hombre no hay nada más grande que hacer lo que más le gusta. Por lo tanto ¿cuál es el trabajo que nos gusta más? Trabajar para Cristo. Si hipotéticamente Jesús nos diera la posibilidad de trabajar para Él ¿lo haríamos? ¿Estamos dispuestos a hacerlo?
Bien, estas son las preguntas que hay que hacerse. Pero el proyecto es uno, por lo tanto las actitudes y la metodología que hay que seguir son: pedir con todo el corazón y obtener con la fe.
Nosotros no tenemos proyectos de inversiones, no tenemos que pedirle dinero a los bancos, ni a la iglesia, ni tampoco esperar ganar la lotería. Estos son proyectos absolutamente utópicos. El Evangelio dice: “¿Tienes fe? Pide a Cristo”, entonces  tenéis que pedirle al Señor que os quite de la esclavitud. El problema es: ¿qué ocurrirá si Cristo aceptara vuestro pedido? ¿Qué haréis? ¿Lo haréis? ¿Estáis en condiciones de hacerlo? ¿Estáis listos o seguiréis siendo esclavos de algún patrón, en espera de estar listos? Mi juicio, es decir, mi conciencia y convicción, es que vosotros estáis listos, que nosotros estamos listos. Hay una única cosa por superar: el miedo a la muerte, al sufrimiento incluso físico, a la vergüenza por que se nos rían en la cara o a la pérdida de quienes nos aman, hijo, mujer, marido, hermana, padre, madre... Estoy convencido de que nos encontraremos en estas condiciones y me preparo desde hace 23 años. Os preguntaréis para qué me he preparado, si ya he cumplido la misión: y bien, me he preparado para la última parte de la misma, en la cual tengo que dar la vida. Y hay una novedad: no seré yo el único que dará la vida, sino un grupo de personas. Dar toda nuestra vida, a pesar de que ya la estamos dando, puedo decirlo sin que el señor me amoneste. Ahora tenemos que decidir si ser todos o no. Mi propuesta en este primero de Enero de 2013 es que cada uno de nosotros puede hacerlo. Somos un número suficientemente alto para poder hacer una gran revolución, tan peligrosa que el poder podría perseguirnos y hasta incluso matarnos. Pero a veces veo señales que no me gustan: sufrimientos, victimismos, quejas, miedos, cansancio, irritación, celos. ¡Estas cosas hay que vencerlas completamente! Si desde esta noche comenzáis a pedir: “¡Señor quítanos de la esclavitud del dinero! Haz que tengamos todo lo que tenemos que tener”, os aconsejo, antes de formular este pedido, que hagáis una profunda reflexión para saber si estamos listos para superar el cansancio, el miedo, la enfermedad, el sentimiento, los celos, la depresión. Solo después, la oración irá a buen puerto. Jesús dijo: “Si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: ‘Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible’.” (Mateo 17,20).
Decir “Yo trabajo para Cristo” es una palabra muy grande, porque si decís así significa que, si os llega el Maná del Cielo, estaréis listos para dejar todo. ¿Conocéis la historia de Moisés y el maná? Moisés vagaba en el desierto en busca de la Tierra prometida, en determinado momento los recursos económicos, que en ese tiempo eran la comida, el agua, las pieles para abrigarse y los animales para alimentarse, escaseaban. Hubo una gran carestía y Moisés, que era el guía, como de cierta forma lo soy yo hoy, les dijo a todos: “¿Queréis la Tierra prometida?” Y ellos respondieron: “Si, el Señor nos la ha prometido”. Por lo tanto si hoy no tenemos dinero para comer, pero tenéis fe y estáis dispuestos a sacrificaros a vosotros mismos, pedid al Padre Adonay y, si tenéis fe, el Padre os lo dará. Aquellos de vosotros que sois padres tenéis que estar dispuestos a morir de hambre, porque la provista será distribuida primero a los niños. Moisés, que hablaba directamente con Dios y por lo tanto tenía más fe que todos, decía: “Vosotros sois aquellos que tendrán que guiar a los niños hacia la Tierra prometida porque yo solo no lo puedo hacer. Si tenéis fe el Padre nos dará el pan”.
Siguieron caminando en el desierto, buscando la Tierra prometida, pero el pan no se veía. Algunos hombres de la tribu de Israel comenzaron a desmoralizarse, algunos murieron, tal es así que hombres y mujeres comenzaron a lamentarse, pero Moisés les decía: “Yo creo en el Señor”. Una mañana, al alba, bajo un cielo azul, comenzaron a caer copos parecidos a la nieve: era el maná que caía del Cielo (el maná es un pan sin levadura parecido al pan ácimo). Recogieron tanto que les alcanzó para algunos años. Imaginaos.
Estoy convencido de que, como entonces, para nosotros también caerá maná del Cielo, pero los guerreros tendrán que combatir, de lo contrario el Señor los eliminará. ¿Lo lograremos? Si, estamos en dificultades, pero se que el Señor tiene Sus medios. Yo tengo fe y vosotros también tenéis que tenerla. El problema es, si estamos convencidos, en lo profundo del corazón, de dar la vida por esta causa; estar convencidos de que somos eternos, de que podemos tener nada más que satisfacciones espirituales y alegrías infinitas si hemos servido con todo nuestro ser a Jesús Cristo. Él dijo: “Por sus frutos conoceréis quienes son”, nuestra Obra, nuestra comunidad espiritual, con todas las debilidades humanas que podemos tener, es la Obra más simple y más humilde que existe en el mundo. ¡Es así! Todos, realmente todos los grupos espirituales del mundo que tienen un líder, a excepción hecha de los misioneros descalzos, ante quienes no puedo hacer otra cosa que arrodillarme y besar sus santos pies, tienen sus cajas llenas de dinero. Por lo tanto, a pesar de todo, son esclavos. Nosotros no. Esta es un arma de doble filo: nos vuelve limitados, pero si tenemos fe como un grano de mostaza el maná descenderá del Cielo. Insisto, el problema no es este, sino: “¿Nos sentimos de dar toda nuestra vida?”
CRISTO A NOSOTROS NO NOS TIENE QUE DAR, YA NOS HA DADO
Seguramente ya tenemos una especie de maná: la alegría de existir, de estar y de sentirnos vivos. Durante los últimos dos días, aquí en Sant’Elpidio a Mare, tuvimos unos días maravillosos en los que el frío dejó un cielo terso y lleno de estrellas, mientras que de día el sol resplandecía muy fuerte y parecía un escudo dorado. Ayer, mientras volvía a casa en el auto acompañado por algunos hermanos y hermanas, miraba el sol a través de la ventanilla; ese sol al que adoro, porque como sabéis y os he enseñado, en este astro está la conciencia Crística.
La luz del sol, que está a 150 millones de km de la Tierra, me tocaba el rostro, pero la luz que tocaba mi rostro no había surgido del seno solar en ese preciso instante.
Cuando el Padre Sol quiere acariciar el rostro de un hijo Suyo, que se llama Giorgio Bongiovanni, Su caricia llega luego de 8 minutos. Por consiguiente, el Sol a nosotros no nos tiene que dar, ya nos ha dado; el amor de Cristo no nos tiene que hacer una caricia, ya la ha hecho, ya la ha dado a luz. Nosotros que vivimos en un planeta tridimensional la recibimos después, por razones de espacio, de tiempo y por nuestros límites humanos, pero si nos encontráramos en otra estrella podríamos recibir la caricia solar en tiempo real. Hay que esperar que nos llegue, pero Él ya la ha emitido. Al Sol, a Cristo no le tenemos que decir: “dame”, porque Él a nosotros ya nos ha dado y este es el amor más grande de todos los amores. Cuando comprendamos esta verdad, que ya hemos recibido de Cristo y que lo único que tenemos que hacer es esperar para  gozar de este beneficio, esta caricia, en ese momento quizás logremos tener fe realmente y dar la vida por Él, por este Ser que nos ha entregado el amor, la vida y que nos la sigue dando cada día.
Si en la vida no nos ocurre nada violento, o no somos atacados por una grave enfermedad, dejaremos nuestro cuerpo a los ochenta, noventa o quizás cien años. En cambio el Sol diez, doce, mil millones de años, por lo tanto no somos nada, solo una pequeña aparición infinitesimal de la vida del universo a nivel físico. Para nosotros es difícil pensar en vivir mil años o cien millones de años, tal es así que mil millones de años nos parece algo incalculable; de hecho en el Evangelio Jesús dice: “Os condenaré a la muerte eterna”, pero no es así; incluso el filósofo Giordano Bruno fue condenado porque, criticando la idea del infierno, sostenía que el fuego no era eterno para nadie, ni siquiera para los demonios.
En cambio Jesús lo dice, no porque sea algo equivocado; porque para el hombre es inconcebible pensar en mil millones de años. Si ese astro, que cada mañana se asoma a nuestra ventana mientras desayunamos, ha surgido en el mismo lugar desde hace cinco mil millones de años, yo frente al Sol no soy nada. Pero como he conocido a Cristo, he abrazado Su Verdad y creo en lo que Él me ha dado, hoy puedo decir: “Yo, frente al Sol espiritual soy un hijo Suyo, porque el Sol espiritual es Cristo. Pero yo, espíritu, soy más grande que el sol físico. Yo, partícula infinitesimal, formo parte de la Tierra, que es mil veces más pequeña que el Sol, sin embargo soy mucho más grande que el sol físico, porque él puede vivir hasta diez mil millones de años, mientras que yo puedo vivir eternamente. Yo veré el nacimiento y la muerte de miles de soles y galaxias, porque no moriré nunca”. ¡El único que dice esto es Cristo! De hecho, los antiguos habitantes de Egipto y de Atlántida que se dejaron engañar por la materia y pensaban que el sol físico, reconocido como rey de un sistema solar habitado por seres crísticos, tenía una duración eterna; y que, sin embargo, luego de esos miles de millones de años, ellos también morirían. En realidad los seres de luz tienen un cuerpo de luz que dura diez mil millones de años de nuestro tiempo; luego “mueren”, es decir, cambian de frecuencia, dejan ese cuerpo y emigran a otro sol por otros diez mil millones de años, y así sucesivamente hasta el infinito porque tienen el espíritu eterno, así como lo tenemos nosotros.
Cristo nos dice: “Tú eres eterno” y, si soy eterno, he visto el nacimiento de este sistema solar y de la galaxia. Por lo tanto, en el momento que tomas conciencia de que el sol espiritual que compenetra a este sol físico es Cristo y que el sol espiritual que compenetra a tu cuerpo es tu verdadero ego sum, has conocido la verdad y eres libre. Nosotros tenemos que ser conscientes de que somos eternos y que podemos hacer todo lo que queremos, únicamente si así lo deseamos. Si no fuera así y no lográramos obtener lo que queremos es porque en el fondo no lo deseamos. Antes que nada tenemos que desearlo.  
P: Con esto quieres decir que Atlántida no tenía el nivel de enseñanza espiritual...
G: Si, lo tenía, pero lo perdió. Lo mismo le ocurrió a los Judíos. Ellos sabían que Adonay era el Espíritu eterno, pero luego degeneraron en la materia, en la riqueza. Cristo es eterno, y hablaba de un Dios eterno y de hombres que tenían el espíritu eterno. Jesús se lo dijo incluso a los saduceos y a los fariseos, quienes se habían vuelto materialistas y afirmaban: “No tenemos otro padre que no sea Abraham”, confirmando lo que Dios dijo a Moisés: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob” y estos están vivos porque Dios no es el Dios de los muertos, sino de los vivos.
Por lo tanto Atlántida, luego Israel y hoy nosotros también, hemos repetido el error. Sabemos que la muerte no existe, pero en realidad ya nadie más lo cree a excepción hecha de una pequeña parte del pueblo oriental, de los hindúes, y muy pocas personas en Occidente. Nadie cree realmente en la eternidad del espíritu y que existe la vida después de la muerte; el resto no es otra cosa que ritos.
P: De hecho el hombre vive como si esta fuera la única vida que tiene y el reflejo está en las elecciones realizadas durante la misma.
G: Si y es por este motivo que somos egoístas y materialistas. Vosotros sabéis que soy un provocador... y yo digo que casi ninguno de vosotros cree profundamente que exista la vida eterna. Creer no significa creer en buena fe en mi o en el Evangelio.
P: ¿A través de los enviados Atlántida recibió la misma enseñanza de la que Cristo era portador sin que se encarnara?
G: Era una forma de ofrecimiento de redención, pero el de Jesús no fue el único para el hombre, sino que fue el más grande.
P: ¿Él estuvo presente en Atlántida?
G: No con la misma forma evidente de hace dos mil años.  
P: ¿No estaba la encarnación Crística?
G: No, hace dos mil años Él realizó el más grande e irrepetible ofrecimiento de redención. También hoy, con mi presencia y la de otros mensajeros, se está desarrollando un ofrecimiento de redención, pero no es de la misma grandeza de Cristo, además porque nosotros no somos más que los testigos que anuncian Su regreso. Por lo tanto el mío es un ofrecimiento de redención como émulo de Jesús, como seguidor, pero de hecho es Él quien lo hace. El ofrecimiento más grande, completo y evidente ocurrió hace dos mil años porque frente a la ciencia, a la prensa representada por los escribas, frente a la iglesia, al gobierno y a los jueces de aquel tiempo; Jesús en el plano físico dio pruebas físicas, científicas y espirituales que fueron las más evidentes de toda la historia de la humanidad.
Los grandes seres crísticos como Krishna, los grandes maestros orientales, todos los avatares, hasta Yogananda, fueron grandes maestros que incluso realizaron milagros, pero las manifestaciones de lo sobrenatural, de lo imponderable, manifestadas por Jesús fueron las más grandes de la historia de la humanidad. Por dicho motivo fue el mayor ofrecimiento de redención que haya sido dado a los hombres. Jesús no hacía un llamado a tener fe, como ocurre hoy, Él la imponía, es decir, demostraba y daba la posibilidad de creer, dio demostración de Su Verdad ofreciendo la posibilidad, la única en la historia del mundo, de creer incluso a quienes no tenían fe. Jesús descendió desde el plano divino y se encontró con personas que tenían que tener fe, aquellos que Él quería que tuvieran fe, pero también ofreció Su enseñanza divina a las personas que no la tenían y que no lograban creer, haciendo prodigios que superaban ampliamente toda la ciencia y las creencias que ellos habían seguido.
Imagináos que os encontráis en el mismo escenario de hace dos mil años y vivir con la tecnología actual. Suponed que hoy Jesús, como hizo en aquel entonces, llegara a descender en Jerusalén y se convirtiera en un jefe revolucionario, en el gurú de una escuela espiritual, seguido por doce personas, luego por setenta y que formara centros espirituales. Además pensad que en Italia llegue el rumor de que, frente a las cámaras de televisión, Él resucite a un hombre que estaba muerto desde hacía tres días (putrefacto y comido por los gusanos), un ir y venir de personas, haciendo filas de kilómetros, hasta Su humilde casa de Cafarnao, suponed un departamento de un edificio y que éstas sean curadas al instante. ¡Todas! Imaginaos luego ir hasta el Lago Tiberíades y verlo caminar sobre las aguas o, mientras hace una conferencia ante las cámaras de televisión, que todos los ciegos y enfermos de cáncer llegados de todo el planeta se curen instantáneamente, sin ni siquiera preguntarse si eran mafiosos o delincuentes, simplemente por la fe que tenían en Él. ¿Acaso pensáis que no ocurriría nada? A pesar de esto, organizarían un complot en Su contra, acusándolo de realizar trucos de prestidigitación, de curar a millones de personas con la sugestión y que el muerto putrefacto haya resucitado gracias a una estafa organizada, con el uso de determinados ácidos. Entonces sería procesado por el tribunal de Jerusalén por estafas agravadas y mucho más. Desde el momento en que en el País rige la pena capital, Lo condenarían a muerte, después de tres días resucitaría y se mostraría a todos Sus amigos. Este es el mayor ofrecimiento de redención y todavía está en curso, porque Él dijo: “Os enviaré a Mis mensajeros, estigmatizados, etc., pero regresaré con potencia y gloria solo cuando diréis: ‘Bendito Aquel que viene en nombre del Señor’.” Y Él regresará y nos hará pedazos...
P: Sería casi como una violación del libre albedrío.
G: No, habría sido una violación del libre albedrío si Él se hubiera impuesto con autoridad, si en lugar de decirle a Pedro “Deja la espada”, hubiera llamado a Sus doce legiones de ángeles tomando el mando de todo. Por el contrario Él demostró ser el Hijo de Dios y luego dijo: “¿No creéis? Iréis a la segunda muerte”. De hecho Lucifer y Satanás tomaron el poder sobre el mundo en el momento que Jesús afirmó: “Todo se ha cumplido” y luego expiró. En ese momento el Padre dijo a Lucifer: “El reino es tuyo. Hasta que Mi Hijo regrese, haz todo lo que quieras con el hombre, pero no toques a mis hermanos”. De hecho los 144.000 elegidos que Jesús le recomendó al Padre no fueron tocados, porque se tenían que multiplicar. No es que no hubiera buenos en el mundo, eran 144.000. Luego se multiplicaron y según mi opinión vosotros sois el resultado de la multiplicación de los 144.000. Ahora a Lucifer no le interesa atacar al mundo, porque ya está en sus manos, incluidas las bolsas, las iglesias, etc.; como es insaciable y a los elegidos no los puede tocar, Él os atacará a vosotros (los hijos de los elegidos) y si le dais lugar os destruirá. Jesús no puede salvaros porque ha sido dicho: “Muchos los llamados y pocos los elegidos”, y si lo ha dicho hay un motivo. Él puede salvar únicamente a los elegidos. Queridos hermanos, seréis puestos a prueba. No penséis que la vida que estáis llevando ahora será siempre así. Tendréis que pasar pruebas terribles, no creáis que la prueba pueda ser siempre económica ya que os cuesta mucho llegar a fin de mes. Esa, frente a las pruebas que llegarán, es una tontería, tal es así que añoraréis la situación en la que os encontráis hoy. A pesar de ello, nosotros superaremos todo solo si tenemos fe y si permanecemos unidos. ¿Cuántas veces he pronunciado la palabra “unidos”? Mil millones de veces...
P: ¿Puedes retomar en síntesis el tema del maná?
G: El maná cayó mientras el pueblo de Israel buscaba la tierra prometida por Dios, guiado por Moisés, Su instrumento contactado por los ángeles de Dios y por Cristo. Grandes fueron las pruebas, entre estas la grave crisis, que hoy nosotros llamaríamos crisis económica, mientras atravesaban una parte de tierra en la que no había nada para comprar y nada para comer, corrían el riesgo de morir de hambre. Entonces Moisés les dijo: “Si tenéis fe, incluso si arriesgamos la vida, el Señor proveerá; si en cambio no tenéis fe todos moriremos y no llegaremos a la Tierra Prometida”. Hoy nuestra Tierra Prometida es la Segunda Venida de Cristo y todos podemos estar listos para recibirlo, con las manos firmes en el arado porque aún con la crisis no estamos pasando hambre, lo que nos han quitado son los recursos económicos. Para poder seguir adelante y llegar a la Tierra Prometida, es decir, seguir llevando a cabo la Obra, necesitamos el maná; como dije antes, si tenemos fe el maná caerá del Cielo, porque ya descendió a los hijos de Dios que creyeron en los diez mandamientos y, como dice el Evangelio, “...recogieron lo suficiente como para atravesar el desierto y alcanzar la Tierra Prometida”.
P: Jesús dijo: “Seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza” (Lucas 21,17). ¿Puedes explicar la aparente contradicción entre estas palabras y el dar la vida por una causa justa?
G: Si queréis que ningún cabello de vuestra cabeza sea tocado tenéis que estar dispuestos a dar la vida. Que lo estéis no significa dar la vida indefectiblemente, pero el Señor que lee en vuestros corazones sabe si estáis dispuestos o no. Yo no se, no soy el juez, sino un simple y humilde hermano vuestro. Jesús dijo: “No os quitaré ni un solo cabello si estáis dispuestos a dar la vida”.
Dispuestos significa que, si el día de mañana nos llegáramos a encontrar en la calle o si fuéramos arrestados y arrastrados a la cárcel sin motivo, interiormente estaremos en las mismas condiciones de felicidad, alegría y fe en las que nos encontramos hoy en día. Si es así, el Señor mantendrá Su promesa, de lo contrario seremos encarcelados, torturados, etc. Esta es la aparente contradicción.
P: Tu siempre dices que tenemos que estar unidos, porque la unión nos salvará. ¿Cuáles son las cualidades esenciales para no perder la unión, no solo espiritual sino también física?
G: El amor fraternal, la humildad, la solidaridad, no ser celosos, ni envidiosos, el no sentirse víctimas, el no querer ser siempre el centro de la atención, no creer que siempre te falta algo, que constantemente alguien tiene algo en tu contra o que no te respeta. En cambio tienes que sentirte amigo de los demás, querer mucho a todos y luchar en forma tenaz a costa hasta de perder todo, incluso la vida, para obtener la unión. Si todos actuáramos de esa manera, la lucha sería menos dura. En esencia, es el amor fraternal el que mantiene unidos, no hay otras palabras. Pueden ser proyectos distintos en los métodos, y nosotros hemos experimentado muchos a lo largo de estos veintitrés años, pero es el amor, a pesar de todos nuestros límites, el que todavía nos mantiene con vida. Además de esto, hay otro detalle que me preocupa mucho: el amor que sentís por mí, el cáliz de la comunión. No siempre todo será color de rosas: tarde o temprano llegará el Dueño de casa y se lo llevará, por lo tanto tenemos que trabajar para que vosotros permanezcáis unidos, incluso sin el cáliz.
P: Con respecto al espíritu de servicio, un pasaje dice claramente que quienes sean invadidos por el espíritu del servidor se salvarán.
G: El método es este: estar listos para servir. Yo puedo usar todas las palabras de este mundo y de todos los Evangelios de este planeta, pero jamás lograré transmitiros lo que quiero si no con el ejemplo. Cuando alguien me hace estas preguntas trato de responder, como estoy haciendo, con el Evangelio, a pesar de que, con todo el respeto por nuestro Rey, es limitado si no se da el ejemplo. Primero os explico el Evangelio, pero sobre todo os digo: “Mirad lo que hago y cómo lo hago”. Claro que no puedo decirlo en una conferencia o a una persona que me ha visto pocas veces. En cambio a vosotros, que me conocéis desde hace muchos años y a todas las personas que me ven y me escuchan también desde su casa, se lo digo. Sabéis todo lo que hago en mi vida cotidiana, a excepción hecha de las entrevistas que tengo con los arrepentidos mafiosos, por obvias razones de seguridad. Conocéis cada uno de los aspectos de mi vida y sois informados constantemente por mi familia y por mis más estrechos colaboradores. Por lo tanto el ejemplo, mi ejemplo para vosotros, es el Evangelio. Si yo, Giorgio, trabajara tres horas por día para luego pasar el resto de mi tiempo frente a la televisión o en el club con los amigos, si jugara al tenis todos los días o me fuera de vacaciones con Sonia Alea para tener una semana libre y luego decir el sermón, el mío sería un ejemplo legítimo, pero discutible en cuanto al Evangelio. En cambio vosotros sabéis todo el tiempo qué es lo que está haciendo Giorgio; cuándo sangro, cuando voy a Pordenone, a Bari, a Palermo, cómo tengo unidos a los hermanos, etc. Nunca me he jactado de mi vida, pero francamente puedo decir que el ejemplo de cómo estar unidos con los hermanos lo he dado durante toda mi existencia. Adriana, Saro y Lorella, que hoy se encuentran en esta sala, son las personas que me conocen más que cualquier otra y pueden afirmar tranquilamente que he dedicado toda mi vida única y exclusivamente a los hermanos; entonces haced lo que yo he hecho. He renunciado a mi familia, mujer e hijos, a todo, con tal de estar con ellos; nos hemos abrazado, hemos discutido, algunos se han ido y luego han regresado... pero yo siempre he buscado a mis hermanos. Cuando era joven y vivía en Floridia reprendía siempre a Saro, que en ese entonces vivía en Gaggi, porque él nunca me venía a visitar y era siempre yo quien tenía que ir a verlo. Y le decía: “Está bien, no te preocupes. Aunque tu no vengas yo iré siempre”. De hecho, él vino a verme tan solo dos veces en cincuenta años que hace que nos conocemos y yo fui una cantidad infinita de veces a verlo. Si lo hubiera esperado, lo habría encontrado tan solo tres veces en toda mi vida. En cambio nunca lo esperé, fui directamente a verlo. Esto no significa que Saro es malo y que yo soy bueno, lo demuestra el hecho de que hoy, después de veinte años, estamos aquí juntos, siguiendo a Jesús. Simplemente respondí a tu pregunta: la cualidad más grande es el espíritu de servicio. Jesús es el ejemplo máximo, pero como para vosotros Jesús es inalcanzable, os doy otro ejemplo en mi vida de hombre común, que tiene fe en Cristo. Yo mantengo muchas conversaciones con los hermanos celestes y me dan grandes enseñanzas; pero a veces quiero ser consolado un poco y les hago preguntas a las que, por lástima y conmiseración, Ellos me responden. Un día le pregunté a Setun Shenar: “¿Vosotros que tenéis a disposición la computadora cósmica, podéis decirme cuántas reuniones, conferencias, programas de radio y conversaciones personales he tenido con los hermanos? Y él me respondió que, desde que llevo las señales sagradas en mi cuerpo, he realizado más de 70.000 reuniones. Este es un ejemplo. ¿Te parece poco? Para mantener unidos a los hermanos tienes que dar la vida.
P: ¿Podemos deducir que la mejor virtud que has tenido es la humildad?
G: No se si es así, porque sería un poco arrogante de mi parte afirmarlo. Seguramente he tenido humildad, pero no era lo más importante. Yo no estoy a la altura de grandes seres humildes a los que adoro y ante los cuales me arrodillo. Tuve algo más fuerte que la humildad y que no es poco tampoco: el amor verdadero que siento por mis hermanos. Los amo muchísimo, a veces cometo alguna tontería, he tenido desilusiones, teniendo experiencias arriesgadas con fines positivos, que en realidad no debía hacer. Lo he reconocido, pero en la gran mayoría, de 70.000 reuniones me puedo haber equivocado en unas 50, intentando, por orgullo o ambición, claramente no personal, de acelerar los tiempos y de obtener resultados. Sin embargo, si 69.950 han sido todas al servicio, puedo participar en las olimpiadas del universo y ganarlas. Puedo dar el ejemplo y enseñar a vosotros jóvenes cómo poner en práctica las distintas metodologías para mantener unidos a los hermanos. Eso lo puedo hacer y estoy seguro de ser capaz. Claro, he cometido algunos errores en mi vida personal humana, que para mi son insignificantes. Soy consciente de tener pecados humanos y si Jesús me lo pidiera, no tendría ningún problema en revelarlos. Pero si me preguntara: “-¿Te has equivocado alguna vez?” Yo respondería: “-Claro que me he equivocado pero nunca me he equivocado en la Obra. ¡Nunca!” De esto soy consciente. Es algo que quiero decir a todos los presentes y a aquellos que me escuchan. Si cometiera un error en la Obra de Cristo, ya no sería digno de servirlo. No es una cuestión de extremismo, es una lógica pura y simple, porque estoy en este mundo y sigo a Dios también por lógica. Siempre he considerado mi Obra como la Obra de Jesús y todo aquello que tiene que ver con Su Obra pública lo he hecho: estigmas, metodologías, difusión de la realidad extraterrestre, Antimafia, compromiso social a través de la asociación FUNIMA International, apoyar la política de los justos...
Si luego, como a menudo me preguntan, Él tuvo además relaciones sexuales con María Magdalena, lo único que puedo afirmar es que no lo se, y que nunca necesité actuar como un mirón. Jesús es perfecto e incluso si hubiera tenido relaciones sexuales con María Magdalena, no puedo decir más que: “Bien por ti”, porque ella era una mujer hermosa. ¿A quién podía elegir el Hijo de Dios? A la más hermosa de todas, es una deducción lógica. Si Jesús eligió ser eunuco o si se casó con María Magdalena a mi no me importa, porque esa es Su vida privada y a nosotros no nos cambiaría absolutamente nada. Jesús no tenía debilidades, en cambio los apóstoles si, hacían desastres todo el tiempo, pero Cristo nunca los juzgó por sus debilidades, sino por sus obras y en este sentido fueron perfectos. Seguramente en su camino tuvieron alguna que otra escapada con alguna mujer, pero Jesús los perdonaba y los toleraba. Así como ellos fueron perfectos en la Obra yo soy perfecto en la mía. Jesús no compromete Su Obra, si algún día me llegaran a desacreditar con acusaciones difamadoras, sean cuales sean, no tenéis que creer en ellas. Sinceramente no creo que seré acusado o procesado por haber robado 500 millones de euros al Estado, por haber fornicado, violado o asesinado a alguien, porque este no es el tiempo y esta vez no hay más corderos para sacrificar en ese sentido. No hay acusaciones para mí, sin embargo podría ser acusado por los delincuentes o por Berlusconi y luego ser encarcelado, pero vosotros usaréis el discernimiento y sabréis donde está la verdad. Es muy difícil que yo caiga en este plano, en todo caso podría caer en cuanto al cansancio, pero luego tendría señales de consolación por parte de la Madre Celeste y me recuperaría. De la misma manera vosotros también tenéis que ser perfectos en la Obra, de lo contrario ocurrirá lo mismo que ocurrió en el pasado a algunos de mis amigos que la abandonaron, después de haber seguido a Eugenio durante treinta años. Y bien, no me gustaría que esto os sucediera a vosotros por el simple hecho de que arruinaríais toda vuestra vida. En el caso que decidiérais dejar esta Obra y por ejemplo fuérais a trabajar con “Emergency”, no habríais dejado nada, simplemente os habríais mudado de un instituto que hace el bien a otro; por lo tanto os habríais pasado a un organismo que sirve a Cristo y que se encuentra en el dedo pulgar de Su cuerpo a uno que está en la pantorrilla. Si en cambio después de veinte años de Obra os fuérais a jugar todo el día a los caballos, habríais perdido una vida. Yo creo que es así.
P: En el Evangelio Cristo profetiza el martirio, la persecución y la tortura de personas y luego dice: “Seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza” (Lucas 21,12-19). ¿Acaso hay algún  momento histórico en el que al diablo le es permitido martirizar a los servidores de Cristo y un momento en el que al mal le es impedido este tipo de violencia? ¿O bien hace referencia sobre todo al plano espiritual más que al material?
G: Sobre todo es espiritual. La respuesta a esta pregunta, como en el Evangelio, Jesús la deja a la disponibilidad y a la fe que nosotros tenemos cuando afirma: “Si tenéis fe os ocurrirá esto, si no la tenéis os ocurrirá esto otro”. Me explico mejor: en base a las elecciones de aquellos que siguen la Verdad, llamémoslos llamados y elegidos, Jesús determina algunos acontecimientos. Si la elección de los primeros es una elección fuerte de unión y de fe, coherente y resistente, a pesar de las debilidades y pecados, hay determinados acontecimientos que Él no llevará a cabo. Por ejemplo una eventual persecución hacia mi persona o alguna tortura injusta dependen de vuestra unión. Si la unión existe, como yo siento que es así, a pesar de la necesidad de superar todavía el miedo a dar todo, mi persecución no será necesaria. Si en cambio la unión en todas las arcas es débil, será inevitable una selección para dejar en pie a las personas más fuertes. La determinación de estos acontecimientos depende de nosotros, de nuestra unión, mientras la concreción de algunos acontecimientos divinos no depende de nadie, ocurrirán y basta. Hace poco cité un ejemplo. Muchas veces he dicho que antes del 31 de Diciembre de 2012 me podrían llegar a asesinar y en cambio eso no ocurrió. Sin lugar a dudas hubo una reacción positiva o negativa por parte de todos vosotros, que ha evitado este acontecimiento. Eso no significa que la Virgen, Jesús o los hermanos del Cielo, no hayan permitido la manifestación de este acontecimiento para consolarme o para no entristecerme, porque si yo me fuera sería el hombre más feliz del mundo; en todo caso me entristecí porque me dejaron aquí. Obviamente como soy un servidor de Jesús enseguida me alegro. En cambio ha habido algo positivo de vuestra parte que me ha permitido permanecer y seguramente ahora el maligno organizará una acción negativa en vuestra contra, para que yo me vaya. Él estaría muy feliz si yo me fuera al Sol, a la Luz, porque piensa: “Cristo, Tu Giorgio Bongiovanni no me interesa. Él es Tuyo, quédate con él... Yo me quedo con los demás y los pongo bajo mis alas de murciélago”. ¡Él realmente piensa así! Pero yo todavía estoy aquí y a él le ha sentado mal. ¡Por lo tanto ya está en marcha un proyecto del diablo para atacarnos y para dividirnos!
P: Redescubrir el Evangelio también significa redescubrir que siempre es actual, es decir, que hoy es como hace dos mil años y viceversa. Hoy hablabas de estos ocho minutos de inconmensurable entrega que dan realmente una esperanza única. Abrir el Evangelio de Juan, ya que formamos parte de la tribu de Juan, y leer: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios y nada de lo que existe se ha hecho sin Él”, después de haber pensado en estos ocho minutos, inmediatamente después del Verbo, leer el siguiente pasaje dirigido al espíritu de Elías, el Bautista: “Vino un hombre mandado por Dios y su nombre era Juan. Éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz”. Para que por él todos vinieran a la fe. No era Él (la palabra) la luz, sino testigo de la luz” no puedo más que sentirme honrado al leer en este momento estas frases. De vez en cuando nos dices “Yo no soy de este mundo”, pero Él manda a un hombre y yo me pregunto: “¿Eres de este mundo? ¿Eres este hombre?” Y de todos modos soy feliz por poder volver a saborear el gusto de hace dos mil años que es el mismo gusto de hoy.
G: Te agradezco. Para mi también es un honor estar aquí con mis hermanos, que sois vosotros. Es la verdad: yo no soy de este mundo, simplemente he nacido en el mundo. Pronto, muchos de vosotros, descubriréis que habéis venido aquí para ayudar a los hermanos de este planeta. Si vosotros también lo sois, lo sabréis al final, si permaneceréis íntegros. Ahora sabéis que probablemente no sois de aquí, porque abrazáis los valores de la hermandad, del amor crístico de la solidaridad, de la paz, de la pasión, del perdón, a pesar de que sea difícil; porque vivís en un caos infernal donde cada día sois llamados y tentados para volveros materialistas, egoistas, cautelosos, cerrados y desconfiados. A pesar de ello, vosotros resistís bastante bien, si no fuera así hoy estaríais por vuestra cuenta y yo por la mía. Estoy convencido de que si estamos aquí es porque vosotros no sois de este mundo, con la pequeña reserva de la duda de que si os perdéis en el camino lo erais realmente. Si vosotros, como yo, seguiréis perseverando hasta el final no erais de este mundo. Hay pocas cosas en mi vida de las cuales estoy seguro y tengo una certeza absoluta, y otras de las cuales dudo porque somos hombres y podemos caer. Entre las primeras se encuentra: que Cristo existe, que Dios existe y que Jesús regresará, así como también estoy seguro de que existe la Santísima Madre. Otra certeza de mi existencia, por la cual estoy dispuesto a dar la vida, es que ese amor existe porque lo he sentido, lo siento y soy correspondido. Soy correspondido en una forma mucho más alta y excelsa de lo que doy a mis hermanos y a mis hermanas, porque tengo amigos que se dejarían matar por mi o muchas hermanas que me sirven no solo como si fuese su esposo, sino su rey. Esto es amor. Siento el amor de mis hijos, cuanto me aman y los amo, de mis amigos que, cuando les pido ayuda, nunca me han dicho que no. Esto es amor, mi prueba de que existe amor en el mundo, incluso en una forma más desinteresada que la amistad, entre personas que apenas se conocen o se conocen bien, pero que no se frecuentan mucho y en ese momento manifiestan un amor, un respeto, una gran estima recíproca. Esto lo vivo en la amistad con los familiares de las víctimas de la mafia, de la cual me siento muy honrado. No nos reunimos exclusivamente por motivos de trabajo, no pasamos las vacaciones juntos ni nos frecuentamos; por lo tanto es una amistad inesperada a la que yo llamo amor. Estoy convencido de que el amor existe y estoy listo a dar mi vida por las personas que me han amado, las madres de mis hijos, como Lorella quien me ha dado toda su vida y su amor infinito... Eugenio también me quiso mucho, mis padres. Otra cosa de la que estoy seguro, pido perdón por la arrogancia, es que yo nunca me perderé. Es por eso que no soy de este mundo. Hermanos, dejaos tentar por todo lo que queráis, por las dudas, las situaciones personales o con los hermanos de las arcas, pero no dudéis del hecho de que yo me pueda llegar a perder, porque en el momento que comenzaréis a hacerlo estaréis en las manos de Satanás, sin ni siquiera daros cuenta.
Esto es importante y es otra certeza que tengo. Soy alguien que hoy, en el Siglo XXI, tocó a Cristo, cenó, almorzó con Él e hizo la comunión. Cristo me ha tocado los estigmas y me ha dicho ve hasta Sudamérica, me bendijo en la frente... Una vez me encontraba en un lugar de la Tierra y Jesús, físicamente, me ordenó: “Toma un vaso de agua y derrámalo sobre Mi cabeza...” todavía recuerdo las gotitas que caían por Su rostro; yo se lo que quería decir y le tuve que obedecer. La mayoría de las experiencias que tuve con Jesús y con los extraterrestres, digamos el 90%, no se las he contado a nadie, ni siquiera a mis hijos, a Lorella o a Sonia Alea. A nadie. ¿Acaso pensáis que me pueda llegar a perder? No y esta es otra certeza que tengo. Puedo pecar, esto si, pero pecar es una cosa, perderme es otra. Otro aspecto del que estoy seguro es que mientras tenga salud y Jesús me permita estar aquí, siempre estaré con vosotros, con mis hermanos, a vuestra disposición para hablar de la verdad. Si me quitara la Verdad me mataría, por lo tanto si nadie me la podrá quitar seguiré aquí dando testimonio de ella. También tengo muchas intuiciones y proyectos, pero mis certezas son estas: que Cristo regresará, que el amor y el universo existen, que no me perderé y que están mis hermanos, pocos pero buenos. Una noticia que recibí recientemente sobre el maligno hacia mi persona es que ha desmantelado la oficina de las tentaciones espirituales contra Giorgio Bongiovanni, trabajaba para hacerme pasar a la parte del “mal” y los echó a todos. Lo que dejó vigente aún es la oficina de las tentaciones contra Giorgio Bongiovanni en el cuerpo, en su naturaleza humana, pero es normal que todavía siga abierto. ¡Es cierto, no estoy bromeando!
P: Tienes una cuenta pendiente con Berlusconi…
G: Berlusconi y yo “nos queremos mucho”: él era Herodes, por lo tanto la nuestra es una relación muy “privilegiada”. Gracias a Dios en esta vida no lo he conocido, a pesar de que muy seguido sueño con él (en colores). La señora Veronica Lario le inició una causa y la ganó, obteniendo una indemnización de manutención que le permitirá seguir con su antiguo nivel de vida. Pocos días antes de Navidad quedó asentada la sentencia de divorcio, la que dispuso un resarcimiento de 3 millones de euros por mes, es decir, 100.000 euros por día, por toda la vida, hasta que la visite la muerte.
De hecho el caricaturista Vauro publicó una historieta en el periódico “Il Fatto Quotidiano”, titulado “Divorcio Berlusconi. Tres millones de euros mensuales para Veronica Lario”. El personaje de Vauro dice: “Pobrecita, ella tampoco sabe cómo llegar a fin de mes... ¡No llega a gastarlo todo!”
P: ¿Sería bueno que la mujer de Berlusconi contactara a la asociación FUNIMA International?
G: Yo a esta broma respondo con una respuesta seria. No quiero dinero de estas personas. Si ellos quisieran hacer una donación anónima la podría aceptar, porque no se de donde provienen los fondos y los usaría para Cristo. Pero si ella, personalmente, expresara la voluntad de hacer una donación jamás la aceptaría, porque la vería como una tentación. Si las donaciones llegan de algunos amigos, hermanos, o de personas de bien las acepto, porque no es una tentación, sino una consolación. El dinero ofrecido por Satanás es una tentación, a menos que no seas capaz de robarlo con astucia y dárselo a los pobres. Sería un gesto noble, pero yo esta ocupación la tuve en mis vidas anteriores; hoy ya no la tengo. Ahora me he encarnado, soy un predicador, trabajo de anunciador y defiendo a mis amigos justos, algunos de los cuales se han encarnado en la magistratura; en honor y respeto a estas personas no acepto ningún tipo de pacto, ni corrupción, ni connivencia con nadie. Todo lo que hago tiene que ser en forma legal. No soy perfecto, así como ninguno de vosotros lo es, he cometido algún que otro error legal, he cometido alguna que otra contravención, no he pagado algún impuesto, pero son cosas normales. Lo que no hago es corromperme y ni siquiera dejarme chantajear. Un arma ganadora de nuestra misión es que a vuestro hermano mayor y jefe guía nadie lo puede chantajear, ni siquiera si mis pecados humanos llegaran a ser sometidos injusta y cobardemente a la picota. Estoy tan limpio moralmente que de todos modos no puedo ser chantajeado por mis pecados. Hasta el día de hoy nadie puede decirme: “Una vez te di esto”, como máximo pueden afirmar; “has cometido este pecado humano”. No he ido en contra de la ley, ni siquiera he estado bajo investigación: soy inocente. Por lo tanto, queridos hermanos, dejad que la señora Veronica Lario disfrute de los 100.000 euros por día, que nosotros disfrutamos de nuestra integridad, de nuestras dificultades económicas, pero somos mucho más ricos que la señora Veronica, mucho más de lo que os podéis imaginar. En cambio si me llamara Berlusconi y me dijera: “-Te quiero donar cinco millones de euros para la lucha contra la mafia ¿los quieres?” Yo respondería: “-Si, acepto el ofrecimiento con la única condición de que digas toda la verdad, de donde viene tu dinero y te conviertas en un colaborador de la justicia”. La señora Lario es una persona de bien, sin antecedentes penales. Es la mujer de Berlusconi y le ha dado tres hijos muy hermosos y buenos, pero si ella me hiciera un ofrecimiento no lo aceptaría, porque sabe perfectamente que es dinero sucio y de donde viene, que su marido es un sucio delincuente y ella no lo denunció. Declaró que él frecuenta prostitutas y por ese motivo le pidió el divorcio y el resarcimiento económico. Legalmente es legítimo, pero para ser aceptable éticamente, habría tenido que admitir que su marido es un delincuente mafioso y criminal, pretender un resarcimiento adecuado e irse. En ese caso iría a buscarla y le propondría que continuara con la realización de un proyecto de FUNIMA International. Si por el contrario se hace mantener de por vida por ese marido, a pesar de las graves acusaciones que pesan sobre él, yo respeto más a Berlusconi dentro de su criminalidad que a la señora Veronica dentro de su hipócrita, católica, diabolicidad. No tomaría tres millones mensuales de un marido mafioso y criminal, pediría una indemnización de por vida, pero no me dejaría mantener. ¿Qué puedo haber hecho en la vida para ganar tres millones de euros por mes? ¿Criar a tres hijos? Todos saben criar a sus hijos. ¿Ser la mujer de Berlusconi? Todas pueden ser  la mujer de Berlusconi. La señora Lario tendría que haber dado el ejemplo de ética verdadera y romper toda relación de trabajo pecuniario, solo así la habría respetado. Por lo tanto para mi es una aprovechadora.
P: Maestro, si se me permite, querría expresar algo que me ha dejado perplejo con respecto al hecho de que en el transcurso del final del año 2012 no ha ocurrido nada de lo que había sido comunicado en los mensajes recibidos de los seres de luz, que pueda identificarse como el principio del fin de esta civilización.
G: Yo no soy un maestro... No es cierto que no ha ocurrido nada. Yo nunca dije que en el 2012 comenzaría el fin, pero siempre he declarado que habría sido el comienzo de un gran cambio y de hecho lo es. Veremos en los próximos años con todo lo que ocurrirá, tanto desde el punto de vista de las catástrofes naturales y de los acontecimientos mundiales, como de las apariciones celestes. Y como tienes ojos para ver y oídos para oír, a partir de este año, día tras día hasta el año próximo, podríamos abrir una agenda y anotar las cosas que ocurrirán. Si no ocurriera nada en los próximos dos o cinco años, podemos sentarnos juntos, hacerle un planteo a los hermanos de la luz y decirles: “Ya pasó el 2012 y todavía no ocurrió nada”. Pero yo te aseguro que habrá catástrofes naturales devastadoras, señales celestes cada vez más grandes y cada vez más evidentes, hasta que no digamos: “Bendito Aquel que viene en nombre del Señor”. Solo hay que esperar y tener un poco de paciencia; sin embargo ya han ocurrido muchas cosas, a pesar de que no hayan involucrado a siete mil millones de personas: tsunamis, terremotos, apariciones en el cielo, etc. En uno de los últimos mensajes escribí: “POR ORDEN DEL PADRE ADONAY Y DE CRISTO SACUDIRÉ EL FUEGO, SACUDIRÉ LA TIERRA, SACUDIRÉ EL AIRE, SACUDIRÉ EL AGUA [...] GOLPEARÉ CON LAS FUERZAS DE LA NATURALEZA TODA LA TIERRA Y OS PONDRÉ DE RODILLAS A FIN QUE PODÁIS NUEVAMENTE ASIMILAR EL TEMOR DE DIOS Y TEMER SU SANTA IRA. Si no ocurriera en los próximos cinco, siete años, reclamaré al Cielo, pero estoy convencido de que ocurrirá. Claro que nadie jamás ha revelado el día y la hora del Retorno de Cristo, esto lo sabe únicamente el Padre.  
P: ¿Los 144.000 se encontraban todos en Jerusalén?
G: Todos estaban encarnados en la Tierra, muchos se encontraban en Jerusalén. De hecho, desde los doce hasta los treinta años Jesús no se fue a dar un paseo, sino que viajó alrededor del mundo, fue a India, Asia, Medio Oriente y a las Américas para encontrar a los elegidos. Fue a las demás escuelas espirituales en las que se encontraban los espíritus elegidos, de lo contrario no se puede explicar el motivo de Su viaje durante dieciocho años. Pensad en cuánta gente pudo haber encontrado y que nadie lo sepa; pasó la mayor parte del tiempo de Su misión con los iniciados, hizo públicos solo tres años de la misma.
P: Salvar aunque sea una sola alma es algo muy importante, a pesar de que en realidad tendríamos que despertar a miles de personas. Hasta ahora hemos pedido ayuda al Cielo y se han abierto muchas puertas, pero en situaciones pequeñas. ¿Es justo tener proyectos importantes?
G: Es justo tener proyectos importantes sobre los cuales discutir y trabajar juntos, pero antes tenemos que trabajar día tras día en el grupo y ver si existe la disponibilidad total para servir a la Verdad. Disponibilidad significa hacer sacrificios de día, de noche, no dormir, etc. En la vida cada uno de vosotros tiene prioridades. Aunque no nos guste, en la práctica la primero es trabajar, de lo contrario moriremos de hambre. Aunque en el corazón tengamos otra, no podemos ser hipócritas: la nuestra es ir a trabajar cada mañana para ganar dinero suficiente como para llegar a fin de mes. Es una gran injusticia pero de todos modos sigue siendo la prioridad absoluta; la segunda depende de vosotros. Puede ser la novia, hacer las compras, cuidar el cuerpo, tener relaciones con los amigos, hacer gimnasia, cualquier cosa que sea linda, leer... o bien la  Obra. Así es, hay que establecer, y me dirijo a todos los hermanos, cuál es la prioridad además de trabajar para mantener a la familia y a nosotros mismos. Si la segunda necesidad de vuestra vida es la Obra, Jesús lo verá y se os abrirán las puertas, los castillos y todo lo demás. De lo contrario, si Jesús ve que la lucha en contra de la mafia se encuentra en el quinto o sexto lugar, no podréis pedir o pretender que se abran las puertas, nunca lo hará.  Si vuestra prioridad es la novia o el novio, una elección que de todos modos es legítima, yo me veo obligado a responder legítimamente y a deciros que para mi es esta Obra, mientras que tu mujer no lo es, ni siquiera tus hijos. Si mis hijos y mi mujer no me quisieran seguir en la misión que estoy desarrollando, los dejaría para seguir mi Obra. Esto es dar... Vender la casa no es disponibilidad a Cristo. Es un gesto noble, extraordinario, hermoso, pero estar disponibles para Cristo significa dejar las cosas que más amas en el mundo. Yo, Giorgio, no puedo pediros que dejéis a vuestras mujeres o a vuestros hijos, en todo caso os lo pedirá Cristo; pero yo estoy dispuesto a dejar todo y mi prioridad de cada mañana es hacer la Obra de la mejor manera. Reniego mis sentimientos, incluso a mi mismo, finjo que estoy muerto, que ya no existo, esta ha sido siempre la relación que he tenido con mi familia, con mi madre, con mi padre y mis hijos. Todos vosotros conocéis mi vida privada. Las personas que me acompañan, desde Sonia Alea, Sonietta, al resto de mi familia que está cerca mío, Lorella, Giovanni, Mara, etc., hasta los hermanos de las arcas, saben que tengo que servir a Cristo y también saben que ellos están, tal vez. Toda atención que pueda dedicarles para ellos tiene que ser un regalo de Dios, un milagro, porque yo soy de Cristo y en este momento no hay nada más que servirlo a Él y a mis hermanos, los cuales serán el cuerpo de Cristo. Esta disponibilidad, si algún día llegáis a entenderla, os liberará de la esclavitud. Nunca os he hablado más claro que ahora.
P: ¿Tendríamos que vender nuestra casa?
G: No, os equivocáis cuando pensáis así. Yo os pido algo peor: que dejéis a las personas que más amáis y no hay casa que valga. Lo más hermoso que os puede ocurrir es que vuestra compañera o compañero os siga, renegando de vosotros mismos con tal de servir a Cristo; cuando dormir juntos y hacer el amor ocurre, pero no es indispensable porque vosotros hacéis el amor con Cristo. Mi vida está dedicada únicamente a Jesús y a salvar a las almas de este mundo, que se están perdiendo todas; no vosotros, los hombres. Quienes están conmigo tienen que renegarse a si mismos, empezando por la persona con la que duermo, hasta las personas de mi casa, que me sirven, a los hermanos de las arcas que me albergan y me tratan como un príncipe. A vosotros yo no os daré nada. Tú y yo, abrazándonos y amándonos, tenemos que darle a Él, para nosotros no tiene que haber nada. Si tú y yo, juntos, damos a Cristo entonces podremos amarnos, besarnos, acariciarnos y consolarnos mutuamente y con los hermanos. No podemos dejar atrás a Jesús ni siquiera por una noche. Claro, puedes dedicar tiempo a tus hijos, pero solo si en ese momento se encuadra Cristo ¡de lo contrario no! Es por ello que muchas personas se van como misioneras y no se casan. En la Tierra los hombres y las mujeres comunes exigen un espacio para la vida privada, la intimidad. Mi casa en cambio es como un puerto. Esta es mi vida.
P: ¿Jesús nació realmente el 25 de Diciembre?
G: No tengo idea si Jesús nació en esta fecha. Es más, realmente creo que no, pero es la tradición y para mi cualquier día que se decida de ubicar el nacimiento de Cristo está bien. Lo importante es recordar Su nacimiento como la encarnación del Hijo de Dios.
P: ¿El nacimiento ocurrió como lo conocemos?
G: Cristo no tuvo una relación sexual con la Santísima Madre, porque Ellos no tienen nuestras necesidades procreadoras. El nacimiento ocurrió a través de un parto astral, en el que la Madre Celeste, embarazada y virgen, dio a luz a Cristo; el Avatar Cristo era el ginecólogo espiritual de Su mismo cuerpo en el seno de la Santísima María, que lo dio a luz.
Cristo transformó Su semen masculino desde el plano de la luz solar al plano humano; ese semen solar que provenía de un sol especial, llamado Sirio. Cristo lo convirtió en espermatozoide y luego la inseminó con Sus mismas manos de luz en el útero de la Santa Madre.  En Su vientre Cristo mismo construyó el cuerpo de Jesús, que nació a través de una intervención de la luz crística. El espíritu de Cristo presente en el pesebre hizo nacer al niño sin provocar ningún tipo de laceraciones ni sangrado a la Santísima Madre, únicamente los dolores de parto, como toda madre debe tener. Así fue como se formó Jesús, Hijo del Hombre, que es un ser divino porque el semen solar de Cristo lo fecundó, hizo nacer a Cristo, Hijo de Dios, lo compenetró. Durante Su crianza Jesús tuvo una entidad individual, que lo acompañó hasta los 30 años: adelante estaba Jesús y detrás de Su hombro, pegado como un águila, estaba Cristo, Hijo de Dios; cuando cumplió treinta años lo personificó. Esta es solo una explicación teológica para haceros entender detalladamente que Jesús siempre es Cristo, porque Cristo está siempre con Él. No tenéis que pensar que Jesús a veces está con Cristo y a veces no. Es solo una cuestión de compenetración: en el momento que Lo cristificó Jesús dejó de ser Jesús, pasó a se Cristo. Incluso fue Cristo quien concibió a la Santa Madre Celeste con su semen espiritual, que lo introdujo en el útero materializándolo; por lo tanto María no solo es la madre de Jesús, es la Santísima Madre de Cristo.
P: ¿Por qué todo el mundo está contra Irán?
G: El mundo occidental está alineado en contra de Irán porque está manipulado por la información, manejada por los Estados Unidos de América y por todos sus aliados, incluida la mayor parte, si no toda, de Europa. Rusia y China no son hermanas de Irán, pero tienen intereses, me arriesgaría a decir que son vitales, con Irán y de alguna manera lo protegen. Irán es una nación que casi seguramente quiere construir la bomba atómica para defenderse; de hecho ni siquiera Corea del Norte, ni los demás estados son tan locos como para pensar en utilizar el arma atómica para atacar, porque saben que serían aniquilados. En este momento no hay ningún gobierno, ningún poderoso sobre la Tierra que tenga la mentalidad de los terroristas talibanes o de los kamikazes, que se ponen una bomba en el pecho y que la hacen explotar; ni siquiera los ayatollah que gobiernan Irán. Tal vez sean fanáticos, pero siempre son políticos poderosos absolutamente conscientes de que un ataque con armas atómicas de su parte los condenaría a su eliminación. Es por eso que el infundado temor de que Irán pueda usar la bomba atómica es el pretexto para poder desencadenar una guerra por razones económicas, para producir armas y todas las razones que os he explicado en estos años y que espero hayáis comprendido. Ni siquiera Kadafi la tenía, tampoco Saddam Hussein.
Para este año, probablemente en primavera, está programado un ataque por parte de Israel con los israelitas, o hasta incluso con los cazabombarderos de la OTAN, encontrarán el pretexto para bombardear las centrales nucleares de Irán. Nosotros organizaremos protestas y ellos permitirán que las hagamos, porque les conviene la imágen de un gobierno democrático, de una Italia que protesta, mientras tanto seguirán adelante con la guerra.
Son diabólicos.
Queridos hermanos os deseo un buen año, seguidme...
Sandra De Marco
San Giovanni di Polcenigo (Italia)
8 de Abril de 2013