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sixtina2Por P. G. Caria

En estos últimos días las noticias que nos llegan del escenario geopolítico internacional con el ataque a Siria por parte de la coalición franco-anglo-estadunidense ha tenido al mundo en vilo a causa del peligro de una incontrolable expansión del conflicto a nivel internacional, con el riesgo de que pudiera estallar la tercera guerra mundial entre las grandes potencias occidentales y orientales. Estados Unidos y sus aliados, in primis Europa e Israel, y Rusia con sus aliados China e Irán, han manifestado con claridad su propia posición diametralmente opuestas con respecto al gobierno de Bashar Al Assad y estas divergencias se agudizan cada vez más, agravándose por la derrota del ISIS, financiada y armada por la OTAN, gracias a la ayuda providencial que el ejército sirio ha recibido de Rusia, de Irán y de la Hezbollah líbanesa.

Un panorama desolador que delinea siempre con más nitidez el escenario apocalíptico descripto por ejemplo en el Evangelio de Lucas: Lc 21, 20-22 20 Cuando veréis a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sabed que su ruina está próxima. 21 Los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; los que estén dentro de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no vuelvan a ella. 22 Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá cumplirse”, y categoricamente, en el libro profético del Apocalipsis del Apóstol Juan: Ap. 16 16 “Y esos espíritus reunirán a los reyes en un lugar, que en hebreo se llama Armagedón”. Profecías que, como sabemos bien, son preludio del retorno glorioso del Hijo de Dios Jesús Cristo. Al mismo tiempo, signos imponentes y mensajes, nos llegan desde el mundo Cósmico y Divino. En estos comunicados que no son más que la prosecución y la explicación, en  forma moderna, de las antiguas profecías, no han faltado los consejos sobre como poner remedio a la deriva de la humanidad y la explicación de las causas que la han llevado a esta peligrosísima cuesta arriba que arriesga el terminar en una autodestrucción catastrófica.

En los lejanos años ’50, los extraterrestres explicaban al contactado norteamericano Ing. Daniel Fry que la humanidad estaba corriendo seriamente el riesgo de una aniquilación nuclear a causa del enorme desnivel entre la ciencia material y la ciencia espiritual. Sucesivamente, en agosto del 1982, el contactado italiano Eugenio Siragusa escribió los mismos conceptos que había recibido también él de los habitantes de otros mundos en misión sobre el planeta Tierra, pero ampliándolos:

a) La ciencia del espíritu.

b) La ciencia de la materia.

Los dos aspectos que exhiben y son experimentos de la Inteligencia Omnicreante. Dos valores complementarios en perfecto equilibrio que estabilizan la evolución de las especies en el proceso manifiesto del devenir continuo. El exceso o el defecto de un aspecto o del otro comporta desequilibrio, desestabilización, incompetencia colaborativa y reacción.

Sin duda estas comunicaciones resaltan la realidad, trágicamente verdadera que vive nuestra humanidad. La absoluta falta de conocimiento científico en los reinos del espíritu, una realidad que ha quedado relegada al ámbito de los “credo religiosos”, es ciertamente la causa principal de la incapacidad del hombre de este mundo de poner orden y equilibrio en su vida y en la sociedad. La absoluta falta de conciencia de que nuestra vida humana y espiritual está regulada por la Ley Eterna de Causa y Efecto y que cada acción nuestra comporta una reacción igual y contraria ineludible, es decir una responsabilidad que se repercute sobre nosotros mismos vida tras vida, nos vuelve salvajes, primitivos violentos armados con mísiles nucleares, capaces de cumplir cualquier acción terrificante y abominable, incluso sobre la piel de los más indefensos e inocentes, es decir los niños. Convencidos de que es suficiente escapar de la justicia humana para salirse con la suya vamos completamente inconscientes al encuentro de enormes sufrimientos sobre el plano de nuestra realidad física y, en el post mortem, también a nivel espiritual.

Con Su misión sobre la Tierra Jesús Cristo ha explicado y aclarado estas Leyes eternas que encontramos bien expuestas en los Evangelios pero, hasta el día de hoy, la mayor parte de los cristianos no han comprendido ni cumplido Sus explicaciones y no se dan cuenta en lo más mínimo que actúan totalmente en contra de las enseñanzas de su Maestro divino y, por consiguiente, van al encuentro de sufrimientos muy terribles, como consecuencia directa de nuestra forma equivocada de obrar en contra de la Ley Universal. Las profecías que enunció Cristo se están cumpliendo inexorablemente y el hombre, en su libre albedrío, pone en práctica, la mayoría de las veces, causas negativas que han transformado la vida en este mundo en un verdadero infierno. Esta cuestión clave, que jamás ha sido tomada en consideración a nivel oficial ni siquiera por las instituciones religiosas, hace que los acontecimientos continúen y sigan madurando manifestando cada vez con más claridad la verdad profética y científica de las comunicaciones extraterrestres de las que hablábamos arriba y la urgente necesidad de asimilarlas en nuestra vida personal y social.  

Sin embargo, estos dos aspectos conjuntos de la vida inmanente y transcendente de la creación, incluido el ser humano, se manifiesta también desde hace siglos en nuestro mundo, sin que se llegue a comprender su fundamental importancia. Los efectos de las causas que provienen de los reinos donde el equilibrio de la ciencia del espíritu y de la ciencia de la materia son las bases fundamentales de la vida de esos seres y de esas sociedades “que no son de este mundo”, están desde siempre a la vista de los seres humanos, pero ambos son relegados al ámbito de los "credos religiosos" y de los "credos científicos", y no son capaces de sacudir la entumecida y egoísta conciencia de las masas y la satánica conciencia de los poderosos.  

Los estigmas en el cuerpo de Giorgio Bongiovanni, presentes sin interrupción desde hace 29 años, son el efecto evidente de esa ciencia del espíritu, "arte divina" que gobierna también el mundo de la materia, y que hace que sean posibles fenómenos que nuestra ciencia médica y nuestra ciencia física no logran explicar y que, tradicionalmente, llamamos "milagros"; mientras las astronaves filmadas por Antonio Urzi son la evidente manifestación concreta de capacidades que nosotros desconocemos, y que en cambio tienen sociedades de otros mundos las cuales, gracias al equilibrio entre la ciencia del espíritu y la ciencia de la materia, han podido alcanzar un desarrollo técnico-científico imposible para las sociedades como la nuestra donde reina el máximo desequilibrio entre estas dos ramas de la ciencia y que, sin la intervención de los seres que han comprendido y asimilado este indispensable valor, están destinadas a un irreversible e ineluctable autoaniquilación. Cuando cualquiera de las sociedades planetarias, de cualquier parte del cosmos, llega a descubrir las ciencias naturales y, por consiguiente, un progresivo desarrollo tecnológico, a la fuerza se tiene que basar sobre desarrollo ético paralelo e indispensable basado sobre la ciencia del espíritu. Sin este binomio el progresivo desequilibrio provocado por la ciencia sin conciencia condena irremediablemente a aquellas sociedades a un final cierto, si no se desarrollan valores y acciones que corrijan y reequilibren los dos aspectos citados. Esta Ley fundamental de la creación hace que sea imposible que haya un desarrollo de la ciencia espacial interestelar y demuestra lo absurdo de ese concepto totalmente terrestre, sobre el extraterrestre negativo que corre por el cosmos sembrando muerte y destrucción; sólo una humanidad muy ignorante y arrogante al mismo tiempo ha podido dar a luz a una semejante aberración que denota la carencia de nuestras capacidades intelectivas, a pesar de que la evidente situación catastrófica de nuestro mundo confirma la evidente exactitud de lo que hemos explicado hasta ahora.  

Conscientes de lo expuesto arriba, con mucha tristeza y desilusión, he tomado consciencia de la jauría que se ha desencadenado después de la publicación de la filmación de una maravillosa astronave, realizada por Antonio Urzi el 17 de abril de 2018, y del consiguiente mensaje extraterrestre que recibió Giorgio Bongiovanni de parte de los seres cósmicos. Ataques insensatos, vacíos de contenido de conocimiento, los que transparentan solo el vacío interior e intelectual de muchos individuos, juntamente con la lividez cuya causa no comprendo y mucho menos el objetivo. Considerada la situación de nuestra sociedad creo que existen muchas otras situaciones y personajes que tendrían que ser principalmente ellos objeto de pública desaprobación, y no hombres, conceptos y documentos que nos dan esperanza de que existe una mano piadosa que trata desesperadamente de ayudarnos e indicarnos el camino para salir del abismo hacia el que nos estamos dirigiendo a grandes pasos.   

Para concluir, tengo que tomar nota de que, citando Lucas 21, 28: 28 “Cuando comience a suceder esto, tened ánimo y levantad la cabeza, porque está por llegar la liberación”, también en esto la profecía no falla; quien no se regocija y le agradece al cielo y a sus instrumentos humanos por estos maravillosos documentos, conceptos y conocimientos que nos donan seres de otros mundos y Reinos, donde la ciencia del espíritu y la ciencia de la materia están en perfecto equilibrio, no tiene su nombre escrito en el “libro de la Vida”. Para ellos, si no se arrepienten habrá sólo “llanto y temblor de dientes" cuando el divino Juez Jesús Cristo desgarre los cielos de este mundo con Sus Legiones de "Ángeles ayer, Extraterrestres hoy”.

P. G. Caria
19 aprile 2018

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