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EL PAPA VE UNA IGLESIA “HERIDA Y PECADORA”
En días en que el escándalo de pederastia salpica a la jerarquía, dice que los cardenales comparten tribulaciones y consuelo.
Martes, 20 de Abril de 2010
CIUDAD DEL VATICANO, ITALIA.- Un día después de reunirse con ocho malteses víctimas de abusos por sacerdotes, en un almuerzo con un grupo de cardenales en el Vaticano, el Papa Benedicto XVI dijo que no se siente solo como dirigente de una Iglesia “herida y pecadora”, al celebrar el quinto aniversario de su Pontificado como líder de mil 100 millones de católicos romanos, reportó el diario “L'Osservatore Romano”.
El rotativo recuerda la comida celebratoria de la elección del Papa el 19 de abril de 2005 para suceder a Juan Pablo II, y no mencionó de forma directa el escándalo de abusos sexuales que manchan el papado actual, en la crisis más seria de la Iglesia Católica en los recientes años.
La creciente ola de acusaciones de abuso sexual a niños cometidos por sacerdotes, algunos de décadas atrás, es la más reciente de una serie que comenzó en Irlanda y se extendió este año a la Alemania natal del Pontífice, Austria, Holanda y otros países europeos.
Las propias acciones de Benedicto XVI como arzobispo de Munich y después como cardenal encargado de la Oficina de Moralidad del Vaticano han sido puestas en entredicho.
En América, el diario “The New York Times” puso a temblar a la jerarquía católica al publicar el 25 de marzo que el Vaticano no castigó al cura pedófilo de Wisconsin, Lawrence C. Murphy, quien abusó de 200 niños sordos durante más de 20 años.
La publicación señala que en 1996, el entonces cardenal Joseph Ratzinger, quien era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, no respondió a dos cartas sobre el caso enviadas por el arzobispo de Milwaukee.
Las víctimas de abusos han exigido que el Sumo Padre asuma más responsabilidad por el escándalo, asegurando que el Vaticano orquestó una política de encubrimiento y secretos que permitió a sacerdotes abusar de niños durante décadas.
Benedicto XVI ha ido más lejos que ningún Papa en condenar los abusos, reuniéndose con víctimas y exhortando a los obispos a trabajar con la Policía, pero su renuencia a tomar medidas más agresivas, como retirar a los obispos que escondieron a sacerdotes abusadores, decepciona a sus críticos.
Reunión de aniversario
“En este momento, el Papa, de forma muy fuerte, no se siente solo. Siente que tiene a todos los cardenales cerca suyo compartiendo tribulaciones y consuelo”, dijo el Pontífice a los que sentaban cerca de él durante la comida, según “L'Osservatore Romano”.
El máximo representante del Vaticano habló de “los pecados de la Iglesia, recordándoles que, herida y pecadora, está experimentando, aún más, el consuelo de Dios”, añade el diario del Vaticano.
Benedicto XVI celebró la comida a la que acudieron 60 cardenales que le vitorearon y aplaudieron. Sentados al lado del Santo Padre en el Palacio Apostólico se encontraban dos de sus aliados más cercanos, el cardenal Tarcisio Bertone, el secretario de Estado del Vaticano, y el cardenal Angelo Sodano, decano de la Facultad de Cardenales y uno de los defensores más apasionados del Papa en medio del escándalo.
Como parte de las celebraciones del aniversario, la conferencia de sacerdotes italianos cerró filas de nuevo e invitó a los fieles de iglesias de toda Italia a rezar por Benedicto XVI.
La conferencia también invitó a los fieles a recordar en sus oraciones a “las víctimas de abusos sexuales y a aquellos que quedaron manchados por tan horribles crímenes”.
Pros y contras
Afuera, en la Plaza San Pedro, donde los vendedores aún ofrecen más recuerdos del fallecido Papa Juan Pablo II que de su sucesor, peregrinos católicos expresaron preocupación, pese a mostrar su apoyo al Papa.
“Los últimos años no han sido fáciles”, dijo Marco Bosco de España. “El desafío es ver que todo lo que ocurrió este año sea aclarado. Confiamos en que el Papa Benedicto XVI hará eso”, dijo.
Sin embargo, hace tres días reapareció en escena el teólogo alemán Hans Küng, partidario de la tesis de le Teología de la Liberación, quien no tuvo empacho en señalar que la Iglesia vive su peor crisis de credibilidad desde la Reforma.
PERFIL
Crítico histórico
Hans Küng
Nació en Suirsee, Suiza, el 18 de marzo de 1928 y estudió teología. En 1962 el Papa Juan XXIII lo nombró perito del Concilio Vaticano II, ahí conoció a Joseph Ratzinger, con quien convivió tres años.
En 1979 publicó un libro titulado “¿Infalible? Un interrogante”, en donde arremetió fuertemente contra la Iglesia Católica y su entonces líder, Juan Pablo II. Por lo que el Vaticano determinó retirarle la licencia para enseñar teología católica.
Pero terco como es, Küng enseña desde 1996 teología ecuménica en la Universidad de Tübingen, en Alemania.
Al poco tiempo de ser electo Papa, Joseph Ratzinger invitó a su crítico y ex colega a conversar. Hans recuerda que hablaron durante cuatro horas y que todo transcurrió amistosamente.
El pasado 15 de abril, Hans publicó una carta dirigida a todos los sacerdotes del mundo en la que se dijo preocupado por la Iglesia, que dijo, estaba sumida en la crisis de confianza más profunda desde la Reforma.
El procedimiento contra religiosos pedófilos
Se les aplica el sacramentorum sanctitatis tutela (La tutela de la santidad de los sacramentos). Una enmienda creada por motu proprio (iniciativa propia) en 2001 por el Papa Juan Pablo II.
1 La diócesis local investiga la denuncia o denuncias de abuso sexual cometidas por el clérigo.
2 Si la acusación tiene una apariencia de verdad, el caso se remite a la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF).
3 El obispo debe transmitir toda la información necesaria a la CDF y expresa su opinión sobre los procedimientos a seguir y las medidas que se adoptarán en el corto y largo plazo.
4 El derecho civil en materia de información de los crímenes a las autoridades competentes deben seguirse siempre.
5 La CDF podrá autorizar un proceso penal judicial ante un tribunal local de la Iglesia en contra del obispo.  
6 La CDF también tiene la facultad de llevar a cabo un proceso penal administrativo ante un delegado del obispo local con la asistencia de dos asesores.
7 El sacerdote acusado está llamado a responder a las acusaciones y tiene derecho a presentar un recurso a la CDF contra una pena canónica.
8 En caso de que el clérigo sea juzgado culpable, puede ser condenado con penas canónicas, la más grave es la expulsión del estado clerical.
9 En casos muy graves y cuando la evidencia es abrumadora, la CDF puede optar por llevar el caso directamente al Santo Padre para su posible expulsión del estado clerical. De darse el caso, no hay remedio canónico en contra de la decisión papal.
10 La CDF puede pedir al Santo Padre dispensar al abusador de la obligación del sacerdocio y volver al estado laical. Además, si el sacerdote acepta su culpabilidad y decide vivir una vida de oración y penitencia, la CDF autorizará  al obispo para que emitir un decreto que prohíba o restrinja su ministerio público.
NOTA: Si bien se ha emprendido la revisión de los artículos, las modificaciones propuestas no cambiarían el procedimiento.
FUENTE: vaticano.com