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LA GUERRA AL 'NARCO' CAUSA 22.700 MUERTOS EN MEXICO
El año pasado fue el más sangriento desde fines de 2006.
PABLO ORDAZ - México - 15/04/2010
Al principio de la serie The Wire, uno de los policías encargados de luchar contra el narcotráfico en las calles de Baltimore comenta con su compañero: "A esto no se le puede llamar una guerra... Las guerras se acaban". Unos miles de kilómetros al sur, y metidos de lleno en la realidad, el Gobierno de México acaba de presentar unas cifras que vienen a confirmar una frase tan derrotista. Desde que, en diciembre de 2006, el entonces recién elegido presidente Felipe Calderón iniciara la guerra contra el narcotráfico, más de 22.000 personas han muerto de forma violenta. Muchos de los caídos son jóvenes sicarios alcanzados por las balas de otros malhechores o de las fuerzas federales, pero también es cada día más larga la lista de víctimas inocentes.
Lo que más llama la atención de las cifras distribuidas por el Gobierno es que rebasan con mucho los conteos extraoficiales que llevan a cabo los diarios mexicanos. La cifra oficial es de 22.743 muertos, 3.000 más de los que se tenían contabilizados. Otro dato muy esclarecedor es la progresión de los asesinatos. En 2006, todavía bajo el mandato del presidente Vicente Fox, cayeron 62 personas. En 2007 ya fueron 2.837 y al año siguiente la cifra subió hasta los 6.844. Pero fue en 2009 cuando la guerra de todos contra todos se desató y la cifra subió hasta las 9.635 muertes violentas.
Los Estados de Chihuahua, Sinaloa y Guerrero se convirtieron durante los últimos tres años en escenario diario de ejecuciones, a cada cual más cruel, pero de la violencia -en contra de lo sostenido durante un tiempo por el Gobierno de Calderón- se ha ido contagiando a todo el país y ni las zonas turísticas se han librado del azote del narcotráfico. El despliegue de la Policía Federal y, sobre todo, del Ejército, no se ha traducido aún en una reducción de la violencia. Más bien al contrario.
Durante los últimos meses, las denuncias contra los métodos de los militares se han multiplicado. Uno de los testimonios más desgarradores es el de Cintya Salazar, madre de dos niños de cinco y nueve años abatidos por los disparos del Ejército cuando viajaban junto a su familia en dirección a Matamoros. La versión oficial es que los niños fueron víctimas del fuego cruzado entre los militares y una banda de sicarios. Pero Cintya Salazar lo niega. Dice que ella, su esposo, sus cinco hijos y una hermana embarazada viajaban en una camioneta: "Vimos un retén militar, redujimos la velocidad y bajamos las ventanillas, pero no nos dijeron nada y seguimos. Fue entonces cuando empezaron a disparar. Salimos del coche y corrimos hacia el monte para refugiarnos. Es imposible que ellos no vieran tanta corredera de niños, pero nos seguían disparando. A mi hijo Bryan, de cinco años, me lo mataron en mis brazos...".

HALLADOS SEIS CADAVERES CON EL CORAZON ARRANCADO EN CANCUN
Los fallecidos son dos mujeres y cuatro varones, uno de ellos menor de edad.- Los cadáveres tenían una zeta grabada en el abdomen, señal uno de los carteles más sanguinarios de México
PABLO ORDAZ - México - 07/06/2010
Seis muertos ya no son noticia en México. Hace falta que esos cuerpos aparezcan torturados, con una zeta grabada en el abdomen y... sin corazón. Eso es lo que sucedió el domingo en Cancún. La policía municipal recibió la llamada de un vecino de la colonia El Roble, a unos 30 kilómetros del popular destino turístico , que decía haber encontrado un colchón ensangrentado junto a la carretera. Al llegar, los agentes descubrieron junto al jergón un agujero de aproximadamente un metro de diámetro. Al fondo se vislumbraba el cuerpo de un hombre con las manos atadas.
Sólo era el primero. Dado lo angosto de la fosa, los policías tuvieron que pedir ayuda a la Cruz Roja y a los bomberos para sacar los cadáveres. Había seis. Dos mujeres y cuatro varones, uno de ellos menor de edad. Según el portavoz de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Quintana Roo, Félix Canul, los cuerpos presentaban inequívocas huellas de tortura: "Y les habían abierto el pecho para sacarles el corazón". Según el Servicio Médico Forense, todos los cadáveres tenían una incisión en el costado izquierdo por la que les había sido extraído el órgano. La macabra operación, según los facultativos, se llevó a cabo después del fallecimiento de las víctimas. Además, cuatro de los cuerpos estaban atados de pies y manos con cuerdas de las que utilizan los tenderos, y los otros dos estaban esposados. Aún no se conoce la identidad de las víctimas, pero los victimarios sí se encargaron de dejar su firma: una zeta marcada en el abdomen con un objeto punzante. La señal de Los Zetas , uno de los carteles más sanguinarios de México.
La guerra entre los carteles del narcotráfico ha alcanzado tal virulencia en México -más de 22.00 muertos desde que el presidente Felipe Calderón llegara a finales de 2006- que los sicarios ya no tienen bastante con matarse entre sí. Tratan, además, de aterrorizar al rival. O de mandarle un mensaje. La policía suele encontrar en los escenarios del crimen, junto al espanto habitual de las cabezas cortadas, cuartillas o incluso pancartas en las que se anuncian próximos asesinatos o se explican las razones de la acción. Pero hay ocasiones en las que los narcotraficantes son todavía más explícitos. En la ciudad fronteriza de Tijuana, se encontraron hace un año los cuerpos de 19 jóvenes asesinados. Sobre ellos, un cartel: "Esto le va a pasar a toda la gente que ande con El Ingeniero, por bocones". Y junto al cartel, una bolsa de plástico con las lenguas de las víctimas.