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RECORDANDO A EUGENIO SIRAGUSA Y SU OBRA


No he tenido la satisfacción de conocer a Eugenio Siragusa personalmente. Leyendo libros que hablaban de El y de su obra ocasionó en mi gran interés y deseo de ser parte de su obra (en la década de los 80) y ya en aquel entonces, lo he reconocido como muchos ya lo reconocían como el Mensajero de los Extraterrestres, por los profundos conceptos Cósmicos que enarbolaba su mensaje, por las acusaciones hechas a los generadores de dolor y sufrimiento, por permitirnos tener el conocimiento de que no estamos solos en el Universo y que los Seres de Luz que habitan globos Celestes en la inmensidad de la creación nos están visitando en ayuda de un progreso espiritual, para que podamos evolucionar y ser participes del disfrute, también del Paraíso, y por sus anuncios claros e incuestionables del regreso del Maestro de Maestros, Jesús Cristo, en este tiempo. Más en los años 90, (el deseo se cumple) he tenido la satisfacción de conocer a Giorgio Bongiovanni, joven Estigmatizado por la Virgen, fruto de la encomiable labor educadora de Eugenio Siragusa, para ser la continuación de su obra; hoy convertido en el Cáliz Viviente de la Comunión Crística. Al presente, sin lugar a dudas después de haber seguido de cerca y compartido más de 17 años, la obra y la misión de Giorgio Bongiovanni, no pudo no sentir que El representa la encarnación viviente de la Obra de Eugenio Siragusa, por su sacrificio, por su entrega, por su Amor, porque ha dado todo de si y sigue dando por la redención de la humanidad. El 27 de Agosto Eugenio es liberado de su prisión carnal y el Águila Dorada regresa a sus dominios de libertad eterna, y el que fuera y es su Hijo espiritual siente el Aleteo del Águila cerca de El, lleno de Luz y del Amor de Eugenio que se une nuevamente a El, después de una aparente separación en lo físico, para que juntos lleven a término las Misión que le fuera encomendada por lo Alto, preparar en este tiempo el Regreso del Maestro Jesús Cristo. Eugenio y Giorgio, dos rayos de Luz de la Luz Mayor; Cristo, inseparables y eternos, trabajando siempre por la Gloria de Dios, nuestro Padre Creador. Siento que apoyar y acompañar la Obra y la Misión de Giorgio Bongiovanni, es dar continuidad a la Obra de aquel que fuera en vida el Mensajero de los Extraterrestres, Eugenio Siragusa. Gracias Eugenio por la posibilidad del despertar de conciencia a la humanidad, por ser Luz que nos guía en el camino de regreso a casa, y por sobre todo por ser el forjador de Aquel que hoy encarna el Cáliz Viviente de la Comunión Crística, Tu Obra Mayor. Gracias Eugenio, Gracias Eugenio, Gracias Eugenio por siempre. Hasta Siempre.

Omar Cristaldo Asunción,
Paraguay 3 de octubre del 2006