Los ancianos Inuit afirman que su cielo ha cambiado, confirmando el bamboleo de la Tierra.

El conocimiento de los Inuit y el cambio climático fue un tema que se llevó a debate en la última cumbre sobre calentamiento global en Copenhagen y lo que informaron los ancianos Eskimo a la NASA, científicos y expertos, preocupó a todos. Parece que al final, el calentamiento global no es la historia al completo.

Según han explicado los ancianos Inuit, en el Norte han sido testigo de cambios inusuales e inapropiados en el clima. Han dicho que su mundo ha cambiado, ya que nada es lo que era. Los glaciares se deshielan y el hielo del  mar está desapareciendo.

Sin embargo, lo que afirman ahora los ancianos es que están convencidos que el calentamiento global no es la causa del problema, ¡sino que hay algo mucho más importante!

Afirman que el Sol ya no sale donde solía hacerlo, que el día tiene más luz que antes y que el Sol se encuentra más alto de lo que acostumbraba, calentando antes de lo que hacía antes. Los ancianos que fueron entrevistados en todo el norte coinciden en lo mismo, su cielo ha cambiado. Las estrellas, el Sol y la Luna han cambiado, afectando a las temperaturas, e incluso a la forma en la que sopla el viento, resultando bastante difícil predecir el clima, algo que es fundamental en el Ártico.

Todos los ancianos están de acuerdo en su creencia de que la Tierra se ha desplazado, se tambaleó o se ha inclinado hacia el Norte.      

Científicos anuncian una inversión de los polos magnéticos de la Tierra

Parece que los científicos empiezan a encauzar algunas de sus conclusiones hacia lo que será inevitable, aunque con matices distintos.

Según unos estudios recientes, se ha explicado que el campo magnético de nuestro planeta, que nos protege de la peligrosa radiación solar, está perdiendo su estabilidad y que es posible que las brújulas, que siempre suelen apuntar hacia el norte, dejen de funcionar de este modo al intercambiar sus posiciones los polos magnéticos. Algo que afirman ha sucedido muchas veces a lo largo de la existencia de la Tierra.

La BBC ha informado que el campo magnético, que cuenta con un polo norte y un polo sur, no es estático y que los polos cambian de ubicación hasta 16 kilómetros por año, mientras que suelen invertirse aproximadamente cada 450.000 años. Lo que quiere decir que donde se encuentra ahora mismo nuestro norte magnético se encontraba antes el sur magnético.

Investigadores de la universidad de California, han determinado que la última inversión de los polos se produjo hace unos 781.000 años. Lo que, según ellos, significa que hemos superado el plazo para una próxima inversión, aunque esta tardanza podría ser debida a que el núcleo interior está creciendo cada vez más y obstruye el núcleo externo, lo que forma un campo magnético que no es tan sólido.

El debilitamiento o campo magnético inestable podría ser una señal de que una inversión está a punto de suceder.

¿Cuáles son las consecuencias de una inversión de los polos magnéticos?

Pues según han mencionado los científicos, podría tener consecuencias en las infraestructuras eléctricas, en los instrumentos de navegación, en los animales que utilizan el campo magnético para orientarse, etc.  Otra preocupación que no debemos pasar por alto es que durante el proceso de inversión de los polos, el campo magnético podría debilitarse excesivamente o incluso desaparecer, haciendo que, durante un periodo de tiempo, perdamos nuestra protección contra la peligrosa radiación del Sol.

Si bien es cierto que la inversión de los polos es algo que ha sucedido en nuestra historia y que volverá a tener lugar probablemente en un futuro próximo, no es un fenómeno que tiene lugar de forma repentina, sino que pueden verse señales que indican esta tendencia.

¿Acaso no es algo extraño que tengan lugar tantas muertes masivas de animales de forma inexplicable en el planeta?

Con respecto a las posibles consecuencias de una inversión de los polos, apenas profundizan en ello. Obviamente porque desgranar este tema podría desatar cierto temor en el público. Además, teniendo en cuenta que – según los científicos – la última vez que tuvo lugar esta inversión o reverso de los polos fue hace unos 781.000 años, es muy improbable que podamos determinar con exactitud las consecuencias que tendría lugar un fenómeno de esta envergadura en nuestros tiempos.

Por ejemplo, dicen que podrían verse afectadas las infraestructuras eléctricas, pero ¿hasta qué punto? Y ¿durante cuánto tiempo?

Existen muchas lagunas, numerosas preguntas sin respuesta, pero sin lugar a dudas ya empiezan a lanzar “pistas” para quien quiera escuchar…