Manabí – Ecuador. Desde el viernes 5 de los corrientes, en que a las 18h30 una imagen del Niño Divino lloró lágrimas de sangre, la vivienda de los esposos Franklin Villacreses y Andrea Cantos, en la calle Noboa y Ricaurte, es un ir y venir de personas.

Renato Villacreses Gutiérrez, hijo de Franklin, se había quedado solo esa tarde en la casa porque la familia estaba de viaje. “Me preguntaba qué ocurría, pero lo tomé como un milagro porque somos muy devotos del Divino Niño, tantas cosas que le hemos pedido y nos ha ayudado”, afirmó.
María del Rocío Pincay y Rosa Hidalgo acudieron a ver lo que ocurría. Andrea Cantos, dueña de la casa, viajaba desde Guayaquil y cuando la llamaron al celular no pudo contener el llanto.
La señora contó que la imagen empezó a llorar lágrimas cristalinas desde hace más de un año, y ese milagro duró un mes. Unos días lloraba y otros no. “El martes a las 6h00 tenía una lágrima como aceitosita y tibia”, expresó.
Aclaró que no están buscando protagonismo de ninguna clase, ni piden que la gente lleve dinero porque tampoco lo aceptarían, si alguien quiere llevar una vela o una flor, lo reciben.
Lo ocurrido:
El viernes la imagen tomó un brillo particular, como si hubiera sudado, y el vestido, de manera muy extraña, se ensució. Tuvieron que cambiarle la ropa. “Yo siempre tenía el presentimiento que iba a llorar sangre”, dijo.
Para Patricia Cañarte Baque lo que ha sucedido es un milagro. “Con tantas cosas que están ocurriendo tenemos que agradecerle a Dios porque estamos vivos, ya que se dice que el tsunami venía para acá pero se desvió, es una muestra que Dios nos ayudó”, sostiene.
Cristobalina Merino, quien ayer en la tarde dirigía el rezo del rosario en la casa, aseguró que Dios se está manifestando por medio de la imagen del Divino Niño, y lo hace precisamente en estos días de cuarentena, como cuando Cristo fue tentado por el demonio.
El Diario
10 de marzo 2010.