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Maquillaje y retoque

A mediados de los años ochenta, el consenso del que goza la Iglesia Católica está en vertiginosa caída. Pablo VI (el papa Montini 1963-1978), después de dar una aparente continuidad a la apertura social del Evangelio fuertemente deseada por Juan XXIII (Papa Roncalli 1958-1963), adopta posiciones conservadoras, pero que no han preservado la Iglesia de los escándalos de la época.
Es con Montini en efecto que los banqueros Michele Sindona primero y Roberto Calvi después entran en estrecha y peligrosa relación con el IOR, comportamiento que los arrollará en una serie de asuntos turbios entre la mafia, masonería, el comercio ilegal y la especulación financiera con un trágico epílogo.
La extraterritorialidad del Vaticano nunca ha permitido establecer con exactitud la responsabilidad de IOR y tampoco de los protagonistas de este asunto como el Arzobispo Marcinkus que quedó resguardado dentro de los ''muros leoninos'' el tiempo necesario para calmar las aguas e ir a morir en su ciudad natal de América como un cura común.
El secreto que desde siempre circunda los acontecimientos de la santa iglesia romana, por cierto, no han favorecido su reputación y las declaraciones de muchos testigos y colaboradores de la justicia que convergen peligrosamente y se han mantenido sin respuesta.
Se ha intentado con una experta maniobra de maquillaje de minimizar primero las acusaciones y de restituir después el prestigio del banco del Vaticano llamando para dirigirlo a Angelo Caloia, reconocido por todos como "caballero de las finanzas blancas."
En el famoso libro de Gian Carlo Galli "Finanza Blanca" el presidente del IOR, a punto de dimitir a su cargo precisamente mientras escribimos, explica las razones por las que la finanza Católica justamente se ha creado para contrarrestar a la laica-masónica, representada un tiempo por el Sr. Enrico Cuccia y Mediobanca y para proteger los intereses económicos y de poder de la Iglesia Católica, añadimos nosotros. Un interesante punto de vista, pero que poco se adapta a los hechos que emergieron después, aunque con dificultad, con el tiempo.
Caloia no se preocupa de dar explicaciones, dando por descontado que no fuesen más que rumores, porque también el banco del Vaticano es considerado (aún en el 2008, nda) por los expertos del UNICRI (el organismo de las Naciones Unidas para la prevención del delito) una de las "lavanderías" de dinero ilegal y sobretodo porque Francesco Marino Mannoia, el colaborador de justicia considerado por Giovanni Falcone, entre los más confiables, opina que Licio Gelli, masón de conocida fama, invirtió también en el IOR capitales de los corleoneses. Versión también confirmada por una decena de los llamados "arrepentidos", incluso de épocas más recientes. Francesco Di Carlo, Salvatore Cancemi, y Enzo Calcara y por último Antonino Giuffré afirman con certeza que tanto Calvi como Sindona habían reciclado el dinero de la mafia, incluso en las secretas estancias del IOR.
De hecho aquella torre del 400 construida por Nicolás V, que ha permanecido prácticamente invariable en el tiempo y a la que se accede mediante una puerta anónima sin cartel, con una sola ventanilla y un cajero automático, en el que las transacciones en efectivo se realizan solamente por transferencia bancaria, en efectivo o en lingotes de oro, es lo mejor que la discreción pueda pedir. No hay que sorprenderse por lo tanto que semejante institución atraiga a cuentacorrientistas muy adinerados con exigencias de cierta discreción y en este sentido la clientela no escasea visto que se estima que en los misteriosos caveaux estén depósitos por alrededor de 5 mil millones de euros.
Ciértamente, la experiencia les ha enseñado a moverse con mayor cautela y, en la buena fe de muchos, para limitar al mínimo las frecuentaciones menos apropiadas. Pero hoy en día es muy difícil distinguir e incluso definir al criminal moderno dado que también los mafiosos, y lo mismo ellos por experiencia, han contratado establemente a gente de traje y corbata y no han hecho nada más que aprender los futuristas nuevos instrumentos de la estafa, probados y puestos a punto, precisamente por parte de exponentes de relieve de las finanzas blancas, para dar algun ejemplo conocido, Calisto Tanzi (quiebra Parmalat dejando por el suelo a decenas y decenas de familias honestas), Sergio Cragnotti y Gian Piero Fiorani de los que nos hemos ocupado siempre en la primera parte de este trabajo.
Después de todo, católicos o no católicos, pecunia non olet.
Incluso Caloia se encontró en la embarazosa posición de tener que hablar cuando fue llamado por el jefe de la fiscalía de Milán Francesco Saverio Borrelli para arrojar luz sobre ese tramo de maxi soborno Enimont, de 108.000 millones de liras en certificados del Tesoro, que transitó del IOR para terminar en una cuenta cifrada por orden de Luigi Bisignani. Un antiguo cliente, peduista (de la P2), periodista, vinculado al grupo Ferruzzi y condenado por la cuestión Enimont a 3 años y 4 meses, y recientemente reapareciendo en la invetigación ¿Por qué no? (Why Not?) conducida por Luigi De Magistris.
Para resolver el asunto IOR se valió del exhorto internacional puesto que, ''una institución fundacional de la Ciudad del Vaticano", está protegida por el Concordato (Acuerdo). Un muro que hasta la fecha ha resultado totalmente impenetrable. Y es también esta una garantía única que brinda a los clientes.
Hoy en día entiendo mejor la reacción que tuvo el colaborador de justicia Salvatore Cancemi, mientras lo entrevistaba para el libro que estábamos escribiendo juntos (Riina me dió los nombres de... Ed. Massari, 2002), literalmente, saltó de la silla cuando le pregunté cuales eran, si los hubiera, los vínculos entre la crimninalidad y el Vaticano. Se cerró como un erizo y símplemente con su manera un poco teatral me dijo: ''Pero Giorgio, ¿usted quiere morir?''.
Seguramente en el Vaticano, como en todas las instituciones de poder, hay corrientes contrarias, mejores y peores, que en el equilibrio oportunista de las partes han restaurado la fachada de la antigua torre, al menos la más expuesta. Sin embargo, entre los mitos y las leyendas no puede ser mistificado, ni siquiera con el hábil humo del incienso de la Iglesia Católica, que detrás de esos misterios jamás revelados, han trabajado hombres, padres de familia, esposos, hijos que por haber tenido la audacia de querer ir más allá del laborioso maquillaje han perdido la vida, como el síndico liquidador del banco de Sindona Giorgio Ambrosoli.
Los acontecimientos de ese momento, decíamos, si agregados al referéndum sobre el aborto y el divorcio, afectaron pesadamente el consenso popular de la Iglesia. Más allá de un relanzamiento de imagen, culminando después con la figura carismática y muy mediática de Juan Pablo II había una necesidad urgente de engrosar las cajas fuertes.
Digan lo que digan el fracaso del banco Ambrosiano había arrastrado también al IOR que debió pagar 406 millones de dólares a los liquidadores ya que Ambrosoli no se dejó hechizar por los locuaces juegos de prestigio de los Monseñores y había declarado al banco Vaticano insolvente. Una suma considerable, pero nada comparado con lo que se debía, estimado por el entonces ministro de Hacienda Beniamino Andreatta: 1159 millones de dólares de ese momento.
Era necesario correr a reparo, urgentemente.
La Providencia viene a través de la firma del Concordato firmado por Bettino Craxi, que, detrás de la mampara socialista de la ''libre iglesia en un estado libre'', aseguraba en las hábiles manos de la administración vaticana el instrumento que la habría levantado de la quiebra.
Las hábiles manos, concretamente, son las del cardenal Camillo Ruini que tomó el cargo de jefe del CEI (Conferencia episcopal italiana) en 1986 y el instrumento, el tan famoso como desconocido 8 por mil.

Un adverbio milagroso

Fue Bettino Craxi quien estableció que el ocho por mil del impuesto IRPEF debía destinarse a la Iglesia católica, también este personaje más que lambido por el caso Calvi. El objetivo era sustituir la ''congrua'', o sea el sueldo de los sacerdotes, como estaba garantizado por el Pacto de Letrán. Curzio Maltese explica, luego en una larga investigación en capítulos publicada en el añejo R2 del diario La Reppublica y que incluye después en su libro ''La Questua'' (Edit. Feltrinelli), que en los primeros años de puesta en vigencia de los nuevos acuerdos el Estado se había comprometido a integrar los ingresos del 8/1000 hasta la cifra de 407 mil millones de liras en el caso que "la colecta" no hubiera sido suficiente para sustentar a los curas. De su parte el Vaticano, se comprometió a aceptar que una comisión adecuada valorara la hipótesis de reducir aquella cifra en caso de que ya no fuese más necesaria. Desde 1990, año en que el sistema del 8/1000 entra a regir a pleno hasta el 2007 - precisa Maltese - los ingresos para el CEI se han quintuplicado y el gasto para los curas se ha reducido a la mitad debido a la crisis de vocaciones. Inútil decir que nunca hubo ningún tipo de ajuste.
Sólo el 40% de los ciudadanos especifica en su declaración de renta a donde destina el 8 /1000. Del 60% restante, que lo quieran o no, que lo sepan o no, el 90% de sus 8 / 1000 no especificados van a la Iglesia Católica. Lo establece el astuto art.37 del acuerdo en el que está sancionado que las cuotas no expresadas son reasignadas de acuerdo con el porcentaje de las opciones que fueron expresadas y en el caso de Italia la mayoría de las donaciones son para la Iglesia Católica.
Como si esto no bastase el estado le adelanta al CEI el 90% sobre la entrada del año siguiente, cosa que las otras religiones sólo pueden soñarlo. En evidente violación de la Constitución que pone sobre el mismo nivel a todas las religiones.
Hoy se estima que la Iglesia de esta manera obtiene alrededor de mil millones de euros. La pregunta lógica y consecuente es, cual es el uso de ese dinero tomado a los italianos, les guste o no. Respuesta nada fácil. Ha intentado hacerlo Maltese analizando los pocos datos públicos que ha podido juntar ya que como se ha dicho de balances claros y transparentes, a los que son obligados en Italia, todos los entes del tercer sector (pero también del primero y del segundo), ni siquiera hablar de ello.
Partimos entonces de lo que mientras tanto no puede sustraerse a los ojos: la publicidad.
¿Quién de nosotros no ha quedado fascinado por el megaspot a redes unidas sobre el 8/1000 dedicados a la tragedia del Tsunami?
!La música de Morricone, las magistrales filmaciones sugestivas del mar amenazador y los pobres sobrevivientes que tratan de recomenzar su vida con aquellos exiguos medios'¦ que gracias a la contribución de los italianos, mucho se ha hecho ya, por muchos! Fin del spot, aliento suspendido y una punta de lágrimas en los ojos.
Bien, para realizar esta obra maestra cinematográfica la CEI, según el Sole 24ore, ha gastado 9 millones de Euros valiéndose de una compañía publicitaria de confianza, la Saatchi & Saatchi, una multinacional entre las más famosas en el campo. A las víctimas del Tsunami de esta cifra ha ido un tercio de los gastos publicitarios, tres millones de Euros, (fuente: CEI) el 0.3% de lo que se recogió con el 8/1000. En el mismo año, escribe Maltese, el UCEI, la unión de las comunidades hebreas en Italia, vertió para Sri Lanka e Indonesia 200 mil euros, el 6% de lo destinado del IRPEF. En proporción una oferta 20 veces superior y en un área dónde no existen comunidades hebreas.
Deslumbrados por las magníficas campañas publicitarias los italianos están convencidos que el dinero recaudado con la fórmula del ocho por mil va a obras de caridad en Italia y en el Tercermundo; en realidad sólo el 20% de la " recaudación" va en esa dirección, (Fuente: Avvenire), el 80% restante queda en la Iglesia Católica. Según las estimaciones más prudentes publicadas por la misma CEI de cada 5 euros pagados por los contribuyentes, uno se gasta en intervenciones de caridad en Italia (12%), y en el extranjero (8%), los otros 4 sirven al autofinanciamiento. Una vez pagados los aproximádamente 39.000 sacerdotes italianos en las cuentas del CEI quedan 500 millones de euros cuyo destino es impreciso y relacionado a "exigencias de culto."
Mientras en los otros países europeos vale la regla del diezmo que presupone la oferta voluntaria de los fieles, en Italia se tiene que recurrir a este rebuscado artilugio. Las iglesias alemanas y también aquellas católicas estadounidenses son muy ricas gracias a los aportes voluntarios, pero aquí somos conscientes que se recogería poco o nada. En efecto calculando solo las contribuciones voluntarias no se llega a los veinte millones de euros al año, cerca de 1 euro por cabeza que si se divide por los 50 millones de católicos italianos de los que habla la iglesia, hace unos 40 céntesimos por cabeza.
De las dos la una, o no son tantos los practicantes o bien no son tan propensos a mantener la santa madre Iglesia. Sin embargo obtorto collo (moción en contra), lo hacen o no saben que lo hacen.
Un tratamiento ni remotamente comparable es el reservado en cambio a las asociaciones de voluntariado o de investigación para las cuales está previsto la asignación del 5/1000.
En el 2006, añade aún más particulares Maltese, la iniciativa tuvo un notable éxito, se adhirió en efecto el 61% de los italianos con una donación, esta sí voluntaria, de más de 400 millones de euros. Sin embargo la condición financiera del 2007 fijó un techo máximo de 250 millones y lo que excedió fue retenido por el erario. Es decir "con una mano el estado ofrece 600 millones de cuotas no expresadas al CEI y con la otra sustrae 150 millones de cuotas expresadas a onlus e investigación."
Obviamente todo esto ocurre bajo los ojos, y sobre todo sobre los hombros, de los italianos ignorantes cuya información, en efecto, es programada mucho más sobre spot y titulares sensacionalistas que difunden mentiras y no sobre los simples hechos.
Aquí hay algunos otros datos. Ateniéndose a una estimación prudente la Iglesia Católica les cuesta a los contribuyentes italianos 4 mil millones y medio de euros entre financiaciones directas del Estado y de los entes locales y la faltante entrada fiscal. La primera voz comprende mil millones de euros del ocho por mil, luego los 950 millones para los sueldos de los 22.000 profesores de la hora de religión, otros 700 mil de los entes locales para las convenciones sobre escuela y salud. Esta última cifra sería en realidad muy superior. Solo en el 2006 mientras la ley presupuestaria cortaron las financiaciones a la escuela pública, asignó en cambio 532,3 millones de euros a la escuela privada, las convenciones con los hospitales católicos aumentaron a mil millones de euros, con los institutos de investigación a 420 millones de euros, con las clínicas a 250 millones.
A esta ya extraordinaria cifra hay que añadir, al menos, otros dos mil millones de ventajas fiscales de todo tipo. Se calculan, siempre con absoluta prudencia, entre los 400 y los 700 millones por la falta de entrada del Ici (Impuesto municipal Inmuebles), 500 millones el descuento por el 50% sobre Ires, Irap y otros impuestos y ulteriores 600 millones por la evasión fiscal legalizada del mundo del turismo católico.
Aquellas poquísimas voces, también del mundo católico, que han osado desafiar cualquier contestación a este estado de vergonzoso privilegio han sido en gran parte aisladas y silenciadas, la iglesia siempre encuentra el partido más potente de turno para apoyar sus solicitudes aún cuando sean abiertamente adversas al interés del mismo Estado.
El tema de no pagar el Ici ha logrado levantar alguna polémica, pero de poco o ningún valor si se compara con el volumen del daño al erario.
Tras una sentencia de Casación emitida en el 2004 la iglesia habría tenido que pagar lo que debía al Estado, incluida la deuda de 5 años, pero con una rápida intervención vinculada a la confianza, el gobierno de Berlusconi decidió la exención total del Ici a las actividades comerciales de los entes religiosos y de las Onlus. En el 2006 el Gobierno de Prodi simuló ponerle remedio pero en realidad restableció el Ici solo para las asociaciones porque un providencial adverbio permitió y permite todavía al Vaticano eludir la ley.
El art. 39 del decreto Bersani prevé en efecto que el Ici deba ser pagado por los inmuebles en que son desarrolladas "exclusivamente", y éste es el adverbio de la estafa, actividades comerciales. ¿Qué significa en práctica? Es suficiente que en el mismo inmueble en que está presente el comercio haya también un lugar de culto, a lo mejor un altarcito con una Virgencita donde rezar un veloz Ave María, para estar exento del Ici. Obviamente inútiles fueron las tentativas de enmiendas reparadoras y tanto menos los reclamos de Europa por el respeto de las leyes sobre la competencia desleal.
Este pequeño lucrosísimo obstáculo en efecto permite a la Iglesia, por ejemplo, ofrecerle a la misma clientela lujosas habitaciones de hotel con vistas impresionantes sobre la ciudad eterna a precios absolutamente invencibles.
Si se entra al sitio www.istitutireligiosi.org se accede a un modesto pero ordenado portal que recoge todas las informaciones sobre los institutos religiosos, las casas de albergue y las casas para vacaciones de propiedad de la Iglesia Católica diseminadas sobre todo el territorio nacional.
Se trata de antiguas casas o de monasterios reestructurados y transformados en hotel y bed&breakfast, todo claramente con el agregado de la capilla, además de todas las más modernas y necesarias comodidades.
Un ejemplo por todos citado por Maltese es el del hotel Brigidine que está en la bellísima Plaza Farnese en Roma, justo detrás de la sugestiva Campo dei Fiori donde domina la estatua de Giordano Bruno, quemado en la plaza por la Santa Iglesia romana.
El folleto anuncia el "magnífico edificio del Cuatrocientos", citado en los sitios de interés turístico de 5 estrellas y muy recomendado por los visitantes por la relación calidad-precio y la gran aceptación que ha tenido por las monjas que hablan inglés. Una habitación va de los 120 a los 190 euros, un poco más de una pensión de tres estrellas en cualquier sitio de mar o montaña. En el catastro romano la Casa de Santa Brígida, de 4 mil metros cuadrados con terraza en la zona más cara de Roma, está registrada en la categoría "internados'' para estudiantes y no paga una lira de Ici.
Un cálculo exacto de lo que pueda sumar este impuesto no pagado casi parece imposible ya que nadie sabe o puede estimar el alcance real de las posesiones de la Iglesia Católica, visto que no existe un censo exacto en Italia y aparentemente tampoco en el Vaticano, aunque no está obligado a dar ninguna explicación a las entidades extranjeras el hecho es que no da ninguna muestra de querer colaborar.
Según la investigación publicada por Sandro Orlando sobre la revista económica El Mundo, (el 18 de mayo de 2007), con el apropiado título "San Ladrillo" el 20, 22% sobre el patrimonio entero italiano hace referencia a la Iglesia; un cuarto de Roma está a nombre de diócesis, congregaciones religiosas, entes y sociedad del Vaticano. Sólo las propiedades que hacen referencia a Propaganda Fide, (el ministerio de Asuntos Exteriores del Vaticano que administra las misiones en el mundo), suben a 8-9 mil millones de euros. De lo que está censado en cambio, se cuentan en solo la capital: 400 institutos de monjas, 300 parroquias, 250 escuelas católicas, 200 iglesias no parroquiales, 90 institutos religiosos, 65 clínicas, 50 misiones, 43 colegios, 30 monasterios, 20 casas de descanso y la misma cantidad de seminarios, 18 hospitales, 16 conventos, 13 oratorios, 10 cofradías, 6 geriátricos. Casi son 2000 los entes religiosos domiciliados en la capital y resultan propietarios de cerca de 20.000 terrenos y construcciones."
Desde el 2002 con el nombramiento a presidente del APSA (Administración del patrimonio de la sede apostólica) del cardenal Attilio Nicora el Vaticano ha empezado a interesarse con cierto empeño en el mercado inmobiliario. Entre el 2004 y el 2005 el comercio en este sector ha rentado a la santa sede de casi 50 millones de euros con la venta de edificios, departamentos y conventos.
Deben ser contadas también las donaciones de bienes inmobiliarios, cerca de 8000 sólo en el 2006 en la ciudad de Roma y 3200 en la provincia. El grupo Re Spa que hace de intermediario para la Iglesia, factura solo por esta actividad cerca de 30 millones de euros.
Un paréntesis aparte merece el capítulo salud. Son 4712 los centros de asistencia médica que hacen referencia a la Iglesia Católica de los cuales 1853 son hospitales y clínicas y 10 grandes hospitales entre los que están el policlínico Gemelli, considerado uno de los mejores de Italia, el Bambino Jesús y la ''Casa de alivio del sufrimiento" fundadas por Padre Pio en San Giovanni Rotondo. Un record también de excelencia que clasifica al Vaticano como el más grande empresario médico italiano bajo la atenta dirección del cardenal Javier Lozzano Barragán, (Diario La Stampa del 7 de agosto de 2008).
Por el año 2008 la región del Lazio ha asignado 550 millones de euros solo por el Gemelli, 16 millones por el DEA, el departamento de emergencia sanitario y 71 millones de euros al Campus Bio-médico del Opus Dei.
No puede faltar en esta contabilidad de la opulencia el gran negocio del turismo religioso. También en este caso los datos son sobrecogedores. Según una investigación de Trademark en efecto la Iglesia controla cada año un tráfico de 40 millones de personas, 19 millones de alojamientos, más de 200 mil sitios cama en 3500 estructuras por un volumen de negocios de 150 millones de euros solo en la capital y de 4500 millones totales, tres veces más que el mayor operador de turismo italiano.
Los orígenes de tanto éxito son lejanos. Remontan a 1933 cuando el Vaticano funda la ORP, Obra Romana de Peregrinaciones, para administrar directamente los viajes de la esperanza de enfermos o no, en los diferentes lugares de culto. La preside directamente el vicario de Roma y como el APSA, teniendo sede en la Ciudad del Vaticano, goza régimen de extraterritorialidad y por lo tanto no tiene la obligación de someterse a las leyes italianas en materia de hacienda, de higiene, de prevención'¦ y tampoco de presentar balances.
Tal como para el Ici el Estado italiano también favorece a la Iglesia con el Irpef, el Irap y otros impuestos. Del resto los trabajadores de las casas religiosas-hoteles son mayormente monjas o curas, o voluntarios que no representan un costo de los impuestos sobre el trabajo dependiente. Para aquella "mitad" que, según el Padre Atuire, actual director del ORP, está constituida en cambio, de externos a los que, probablemente porque "no está en grado de garantizar las mismas prestaciones de monjas y curas", son reservados trabajos precarios y en turnos a decir algo agotadores y prácticamente sin ninguna protección ya que las leyes pontificias son bastante imprecisas sobre este punto. Este ahorro incide obviamente sobre las tarifas alterando así el mercado del turismo.
Gracias al acuerdo con la compañía aérea Mistral, fundada por el actor Bud Spencer, el ORP garantiza vuelos a bajo costo a todos los fieles que quieren ir a rezar en los lugares de culto europeos y en tierra santa. Se calcula que en ocasión del 150 aniversario de la aparición de Lourdes los devotos pasajeros hayan sido cerca de 150.000.
A pesar que los asuntos vayan evidentemente viento en popa también por este segmento de la empresa el Vaticano cuenta con la suficiencia de entes y ayuntamientos italianos. Las millares de iglesias esparcidas por todo el país son indudablemente, en la mayor parte de los casos, un patrimonio histórico y artístico de gran valor y son todos de propiedad de la Iglesia pero los gravámenes por el mantenimiento y la restauración están en cambio a cargo del Estado gracias, también aquí, a una ley capciosa según la cual los ayuntamientos deben pagar el 8% de los gravámenes de urbanización secundaria a "entes institucionalmente competentes en materia de culto de la Iglesia Católica". Traducido, otros millones de euros que van a sumarse. Para la financiación solamente de los oratorios en el año 2008-2009 Lombardía ha asignado 10 millones de euros, 12 millones en cambio la región Puglia, desbaratando cada récord.
Todavía peor si se abre el capítulo de Europa, no sólo Italia está al final de la clasificación en la explotación de los fondos europeos para la recuperación del patrimonio cultural sino que además los explota en particular para restaurar los bienes de la Iglesia. Una región perjudicada como Sicilia que necesitaría restaurar a nuevo una gran parte de sus muchas bellezas arquitectónicas gasta en cambio el 80-90% de los recursos para los entes religiosos.
Luego además del daño la broma: muchos de estos bienes restaurados a nuevo son revendidos con provechos enormes para el Vaticano.

Ecomonstruos de Dios

La inversión más masiva en los últimos años ha sido, sin duda, en San Giovanni Rotondo
Sobre la figura de Padre Pio se ha escrito y dicho de todo.
Hoy Santo y venerado, sobre todo gracias a las entradas que su extraordinaria historia todavía hoy da a las cajas vaticanas, ha sido perseguido lárgamente con procesos sumarios, por decir poco. En el centro de muchas envidias por la gran afluencia de fieles y ofrendas el fraile de Petrelcina ha padecido inspecciones e investigaciones como el peor de los criminales con análisis médicos dolorosos y grabación de las conversaciones privadas.
Un perplejo Benedetto XV mandará para aclararse las ideas a médicos e inspectores. Una primera sentencia negativa sobre los estigmas vendrá de Padre Agostino Gemelli, el eminente monseñor que aparece entre los firmantes del "Manifiesto de la raza'' y que es considerado uno de los exponentes de relieve del anti hebraísmo espiritualista tremolado por el régimen fascista.
El juicio de un prelado de poder como Gemelli pesará muchísimo sobre el futuro de Padre Pio al que, bajo el pontificado de Pio XI y Pio XII le será prohibido celebrar misa y confesar. Sólo en 1964, también en una fase de necesidades económicas de parte del Vaticano, Pio XII le concederá al fraile celebrar misa, pero sólo en latín.
A pesar de las prohibiciones de los papas los peregrinajes a San Giovanni Rotondo nunca cesarán completamente también atrayendo personalidades importantes como la realeza de España, los Borbones de Parma, Maria José y Eugenio de Saboya.
Juan XXIII pedirá luego una ulterior verificación sobre el fraile de los estigmas. Le serán referidos encuentros poco recomendables con varias mujeres de lo cual habría pruebas grabadas. El Papa no escuchará nunca aquellas cintas pero dejará de su puño y letra un parecer muy severo sobre el fraile aunque con un inciso, si vera sunt quae referentur, (si es verdad lo que ha sido referido, nda).
Tiempo después, en 1961, papa Roncalli volverá sobre el asunto a informarse sobre la veracidad de aquellas pruebas y monseñor Andrea Cesarano le explicará que aquellos besos de los que le habían hablado eran los saludos que Padre Pio se intercambiaba con su misma hermana.
Será luego el Papa Juan Pablo II quien rehabilitaría definitivamente su figura también porque la historia cuenta de un encuentro en que el fraile predijo a un joven Carol Wojtyla su largo pontificado.
Lo que es evidente a los ojos de todos, fuera de polémicas, es la masiva explotación de la figura de Padre Pio.
Su experiencia mística, en la que yo creo firmemente, se ha convertido hoy en el más grande negocio de los tiempos modernos, con la macabra exhumación y exposición de los sagrados y atormentados restos.
Gracias al atractivo de San Giovanni Rotondo donde en cosa de pocos años han aparecido 200 hoteles, más de 100 restaurantes, decenas de estacionamientos y hasta una sala de Bingo - sigue recordando Maltese - en la década 1995-2005 Puglia ha saltado al primer lugar entre las regiones italianas por las nuevas estructuras hoteleras.
Las asignaciones estatales han llovido como el maná del Cielo pero el "milagro" de la multiplicación, esta vez, ha durado bien poco. Lentamente la ola próspera del Jubileo ha ido menguando reduciendo el período de ocupación hotelera a solo 100 días al año.
Un daño enorme a las decenas y decenas de empresarios que han visto impedida la posibilidad de cambiar el destino de uso a privado a causa de la convención estipulada con el municipio que los vincula al menos por 25 años. El único que ha logrado eludir el obstáculo es como siempre el Vaticano cuyo Comisionado Especial enviado por la Santa Sede para comprobar las muchas irregularidades en la gestión de los fondos manejada por los frailes capuchinos, Domenico De Ambrosio, ha conseguido cambiar el destino de uso de la Casa para ancianos en 250 mini departamentos. Para todos los demás nada que hacer.
Y es muy reciente la polémica suscitada por el proyecto de edificar un santuario con capacidad de mil sitios en Santa María de Leuca (Lecce) sobre la espléndida última franja de tierra italiana. Los ambientalistas que presentan una protesta valerosa lo han rebautizado ya como ''Teomonstruo'' ''El monstruo de Dios'', acusando el impacto ambiental que una estructura mastodóntica de tales características, aportaría a la delicada y magnífica costa. Nada ha objetado, en cambio, el ayuntamiento que oliendo el negocio, ha concedido los primeros permisos a Don Giuseppe Stendardo, párroco del lugar, determinado más que nunca a ver realizado su sueño de dejar a la posteridad una gran obra: Sostiene que la Basílica como está hoy no es lo suficientemente amplia para acoger a los fieles y esto lo obliga a celebrar la misa 8 veces al día.
Los ambientalistas replican que en realidad todo este flujo sería solo dos meses al año y piden que la obra de 7 millones de euros, 22 mil metros cúbicos y 13 metros de altura, sea parada. El riesgo de otro fracaso como el de San Giovanni Rotondo es elevado, pero la perspectiva de una lluvia de asignación de fondos y la posibilidad de incrementar el turismo, aunque sólo en la bella temporada parece tener las de vencer.
No puedo hacer menos que preguntarme ¿Con qué sentido de conciencia el soberano de tal imperio que rige sobre embaucamientos, equilibrismos complicados y contradicciones mastodónticas puede pedir cada domingo, apoyo y atención para las familias? Todas aquellas familias abrumadas por las dificultades de la vida a las que verdaderamente no les queda más que rezar para poder vivir decorosamente.

Octopus Dei

Son muchos los que sostienen que sin la ayuda económico-financiera del Opus Dei, la Iglesia Católica no se habría podido recuperar de la quiebra del Banco Ambrosiano. Habrían sido los millones de dólares puestos a disposición por esta oculta e inquietante ''prelatura personal'' a salvar las cajas Vaticanas, a cambio de la ''santidad'' de su fundador José María Escrivá de Balaguer.
No es fácil reconstruir la historia de la Obra de Dios porque su característica principal es el secreto, así como lo quiso su creador, que asegura que fue inspirado en ésta su misión, directamente por Dios que se le apareció en una visión. Estamos en 1928 en Madrid donde el joven sacerdote se ha apenas mudado para conseguir el Doctorado en Derecho. Cuando estalla la Guerra Escrivá escapa de las persecuciones, atraviesa los Pirineos y se refugia en Francia, en la página oficial del Opus Dei, sección italiana, la biografía de San José omite citar la heroica gesta de aquellos miembros de la prelatura que se enrolaron en la División Azul, la armada de 40.000 voluntarios españoles, enviada por el Dictador Francisco Franco para acompañar al ejército alemán empeñado en la Unión Soviética contra las tropas rojas. La idea de enrolar voluntarios había permitido a Franco mantener una posición de formal neutralidad en la Segunda Guerra mundial y al mismo tiempo de devolver a Hitler el favor por su contribución prestada durante la Guerra Civil Española.
Este fervor contra los ''sin-dios'' había causado buena impresión en el Papa Pio XII, que recibió con alegría al franquista Escrivá en 1946. Aquí obtiene el permiso para fundar el Colegio Romano de la Santa Cruz, un instituto de formación pastoral para los fieles del Opus Dei. No es más que el inicio de un largo recorrido, José María tiene los objetivos muy claros en su cabeza y los alcanza uno a uno incluso después de su muerte.
Primero: Obtiene de parte del Papa el poder de admitir en el Opus Dei a las personas casadas, así como de poder recoger las adhesiones de los sacerdotes diocesanos que trabajan en el interior del Colegio. Escrivá presenta también la documentación que impone a los socios el secreto, con la prohibición absoluta de revelar el número de miembros a quien sea, mucho menos a la familia o al ambiente propio de trabajo.
El siguiente paso es la prelatura personal: Escrivá quiere disponer de un ''orden propio'' que le permita ''erigir un seminario internacional, encardinar a los alumnos y promoverlos a los órdenes, con el título de Servicio de la Prelatura''. Con éste fin funda en 1953 el Colegio Romano de Santa María destinado a la formación teológica y apostólica de las mujeres.
Pero todavía no es el tiempo, el Papa niega tres veces la mitra obispal al ambicioso sacerdote que pisa el freno y deberá esperar porque Juan XXIII, sucesor a su inicial protector, no tiene ningún interés por sus miras. El concepto que tiene el Papa Roncalli de la ''Iglesia de Todos'' en cuya cumbre se sienta solo Cristo, está verdaderamente muy lejano de las glorias personales de un solo hombre. Una gloria que sin embargo, mientras tanto, no le ahorran en la tierra natal donde obtiene de Franco el título de marqués de Peralta, un cargo que le consiente a su movimiento conquistar posiciones de poder en España bajo la directa protección del dictador que interviene personalmente para defender la Obra de un escándalo financiero.
Si bien fuese más profeta en patria que no en otros lugares Escrivá prosigue su escalada en Roma donde funda el centro ELIS (Educación, Trabajo, Instrucción y Deporte), un instrumento de formación de excelencia a través del cual la obra empezará su tarea de penetración en los centros de poder económico y financiero italianos e internacionales. Transformándose en CEDEL (Cooperativa Social Educativa Elis) en 1991 puede recurrir a ''convenciones y acuerdos con organismos públicos y privados y en particular con entes que se mueven en el ''privado social'' para ''promover y manejar incluso recurriendo a los fondos públicos y privados, actividades de formación profesional y de desarrollo en la ocupación''. El fin es el de poner a disposión de un grupo de empresas personal con un elevado nivel de preparación y cualificado y favorecer el accesso a cursos exclusivos. En 1992 efectivamente será fundado el consorcio Elis, firman: la Stet, Italcementi, Ericson, la Cedel obviamente y después otras 34 empresas municipales y estatales. Es muy difícil creer -como puntualiza Sandro Rendina autor del libro ''La Santa Casta de la Iglesia'' (Ed. Newton y Compton) a quien se debe la reconstrucción- que todo el antedicho complejo empresarial, considerados los miembros, fuese sin fin de lucro.
No es más que una alusión al poder que la obra irá adquiriendo en años insertándose en la cumbre de los más importantes potentados económicos y políticos del ambiente católico, pero cuando ocurre el verdadero salto de cualidad, a José María no le queda más que admirarle en espíritu porque es llamado a la presencia de Dios en 1975. Le sustituye su muy fiel Alvaro de Portillo que sabrá llevar a cumplimiento el proyecto original de Escrivá.
La ocasión es trágica, pero no hay nada como la tempestividad para realizar las propias ambiciones.
El 13 de mayo de 1981 el turco Ali Agca atenta contra la vida del Papa abriendo otro de los grandes misterios vaticanos. Y es precisamente durante los 153 días de convalescencia de Juan Pablo II que el Opus Dei con táctica y destreza mueve sus peones.
El cardenal Marcinkus, ya presidente del IOR, es nombrado pro-presidente de la pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano, es decir que se ha convertido de hecho en el gobernador de la Santa Sede y puede disponer de todas las finalidades político-financieras del Vaticano.
La razón de tanto poder tiene un nombre: Polonia. Liberar la tierra natal de la invasión comunista es un objetivo prioritario para el santo Padre que con tal de obtenerlo da carta blanca a Marcinkus. El cual no se hace rogar de cierto. Gracias a las relaciones económicas patentes y ocultas que ha entrelazado con Calvi y el Ambrosiano encuentra la manera de financiar la revolución de Solidarnosc que decreta la liderazgo de Lech Walesa.
Al mismo tiempo el capitán de las guardias suizas Alois Estermann, miembro del Opus Dei, viaja varias veces a Varsovia para coordinar la llegada de las armas desde Escandinavia y destinadas a la revolución. Todo ello, observa justamente Rendina, no hubiera podido suceder sin una coordinada y eficaz operación de inteligencia, ciertamente coadyuvada por el Opus Dei. En mayo del mismo año una indiscreción publicada en el diario alemán Frankfuerter Allgemaine Zeitung comunica que el papa Juan Pablo II ha decretado el Opus Dei una prelatura personal y aunque habrá que esperar hasta marzo del año siguiente para la confirmación oficial con la nominación como Prelado de Alvaro de Portillo, la noticia influye fuertemente en los equilibrios internos del Vaticano.
Estamos en pleno escándalo del IOR-Ambrosiano y en los primeros meses de 1982 Calvi entiende que está en grave peligro y juega todas las cartas en su poder para intentar salvarse. Después del bajón en la bolsa de los títulos del Ambrosiano, se refugia en Londres donde se jugará el todo por el todo. Entre las personas con las que se pone en contacto está también el financiero venezolano Alberto Jaimes Berti a quien pide que libre un fondo secreto de 2200 millones de dólares constituido por cuenta del IOR y del Opus Dei. Ya no hay nada que hacer, Calvi es un hombre peligroso, ha manejado el dinero de la mafia, de la alta finanza, de la Iglesia y del Opus Dei en un castillo hecho con tres cartas que se ha derrumbado miserablemente y que arriesga el arrastrar con él también a sus socios más ocultos. Es algo que no puede suceder y el cadáver del banquero milanés es encontrado colgado debajo del puente de los ''Monjes Negros'' en Londres. Durante veinte años se ha querido hacer creer que se tratase de un suicidio, solo recientemente se ha podido proceder al proceso por homicidio sostenido en debate por el fiscal Luca Tescaroli.
Desde siempre la Iglesia Católica está lacerada internamente por muchas almas que se debaten sobre la real interpretación de la enseñanza cristiana no solo desde un punto de vista teológico sino también meramente práctico.
Efectivamente en estos años Juan Pablo II y sus más cercanos consejeros entre los cuales destaca el cardenal Josef Ratzinger, prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, el ex Santo Uficio, decidirán adoptar esa política que llevará la actual Iglesia Católica a disponer de un gran poder mediático y politico, pero también a una gran crisis de fieles y de vocaciones.
Como extremo coletazo de la santa inquisición son condenados a la imposición del ''respetuoso silencio a tiempo indeterminado'' y en algunos casos a la destitución, los teólogos ideólogos y sostenedores de la ''Teología de la liberación''.
El primero que sufrió la condena en 1984 es Gustavo Gutiérrez que en su libro, ya citado anteriórmente, exponía en puntos claros y explícitos un programa bien preciso de reforma de la doctrina cristiana.
Antes que nada la pobreza concebida como acto de solidaridad, pero también como acto de protesta liberadora que debe entenderse articulada en tres pasajes: ''liberación política y social, con la eliminación de las causas inmediatas de pobreza e injusticia; la liberación humana, mejor dicho, la emancipación de los pobres, marginados y oprimidos por todo aquello que limita su capacidad de desarrollarse a sí mismos libremente y dignamente; la liberación teológica, mejor dicho, la liberación del egoísmo del pecado, para restablecer la relación con Dios y la humanidad''.
De verdad, demasiado, demasiado en contradicción con las elecciones tomadas en los últimos años por los Papas, todas ellas que tendían hacia la salvaguardia del poder temporal y estratégico-político del Estado Vaticano y a su prosperidad económica, cueste lo que cueste, como los delicados asuntos del IOR están demostrando justamente en estos años.
Por demás estas teorías de rescate y libertad son fruto de la difícil batalla que muchos prelados están combatiendo en el campo para proteger las víctimas de las furiosas dictaduras sudamericanas que han provocado decenas de miles de muertos y de mártires como Monseñor Romero.
Sin embargo se sabe, como ya hemos demostrado, que la Iglesia a través de los exponentes que ocupan sus más altos cargos ha sido a menudo connivente de dictadores y asesinos y la revolución de los pobres de América Latina en ese momento juega contra los planes estratégicos del Vaticano.
La condena sucesiva también del teólogo Leonardo Boff y del obispo brasileño Helder Camara por análogas razones sanciona la definitiva vuelta de hoja política del Vaticano con la toma del poder por parte del Opus Dei sellada por el anuncio de beatificación de José María Escrivá de Balaguer en 1992. Pero la apoteosis se alcanza diez años después, en el 2002 cuando Juan Pablo II le declara Santo.
La prelatura personal de este tenaz y sin duda vencedor sacerdote español llegará a contar en el 2008, 1956 sacerdotes, 37 sacerdotes ordinarios, 351 seminaristas mayores, 86.305 laicos sobre 1828 iglesias y centros parroquiales.
En particular ha suscitado el interés de escritores y de periodistas la condición de vida de los llamados ''numerarios'', es decir, de esos miembros que han hecho voto de celibato y viven en comunidad.
En el libro investigación de Ferruccio Pinotti ''Opus dei secreta'' han sido recogidos testimonios de algunos hombres pero sobretodo mujeres que han formado parte por largo tiempo de esta particular categoría de afiliados a la prelatura. Son historias de abusos, de grandes sacrificios y privaciones, de castigos corporales, de trabajo durísimo y de mortificación personal, de completa donación de los propios bienes y del propio sueldo además del de los propios talentos y de la vida misma. A prescindir de las elecciones que cada uno de nosotros tiene derecho de hacer, a pacto de que sean cumplidas líbremente, lo que más impresiona es la diferencia de vida que llevan los numerarios, a los que la prelatura ''líbremente usa'' y los supernumerarios. Son los laicos que tienen mujer e hijos pero que han elegido el camino de la castidad y son, en la mayor parte de los casos profesionales afirmados y ricos integrados en empresas, estudios profesionales, política, empresariado, finanza.
En pocas palabras donde se toman decisiones que determinan la evolución del poder en muchas partes del mundo.
Y por cuanto puedan estar convencidos de aspirar a la santidad muchos de los más conocidos supernumerarios han estado involucrados en escándalos recientes y pasados algunos de los cuales han derivado en episodios dramáticos por decir poco.
Volviendo atrás en el tiempo, a 1976, el Opus Dei, desde hacía poco dirigido por Alvaro de Portillo, es llamado en causa en el asesinato del financiero francés Jean de Broglie cuya trágica desaparición parece estar en relación con los asuntos del Banque des Intéres Francais, a la que participan al 35 % dos miembros españoles del Opus Dei: Andrea Rueda Salaberry y Rafael Termes. Resulta muy significativo que sea directamente el gobierno español el que interviene para poner una piedra encima.
En septiembre de 1992, los mercados monetarios mundiales sufren un fuerte shock especulativo que lleva al gobierno italiano a devaluar la lira en un 7 %. Ninguna consecuencia en cambio para el IOR que sin embargo unos meses antes había adquirido marcos alemanes llevándose detrás muchos órdenes religiosos que de esa forma se han visto preparados en el momento de la crisis. Giuliano De Benardo, gran maestro del Oriente de Italia, no duda en acusar al cardenal Rosario José Castillo Lara, presidente del APSA y del cual ya hemos hablado en el capítulo Fiorani, de especulación y denunciando por la prensa que el Opus Dei ha invadido como un pulpo la finanza internacional y también la italiana''. De aquí no es difícil comprender y tampoco compartir el sarcástico sobrenombre con el que ha sido rebautizada la prelatura de Escrivá: ''Octopus Dei'', el pulpo de Dios. Sobre su naturaleza oculta y de sus perversos enredos empiezan a preguntar algunos diputados italianos a través de debates parlamentarios en los que se quiere aclarar el real objetivo de lo que Rino Formica, en ese entonces cabeza del grupo socialista en la Cámara de los Diputados llama ''una sociedad secreta''. Un poco mafia y un poco masonería, comenta Rendina, los servicios secretos abren una investigación, pero sin éxito.
Todo un capítulo aparte merecería la profundización de la figura de Marcello dell'Utri, supernumerario del Opus Dei, condenado en primer grado a nueve años y medio por implicación externa en asociación mafiosa y objeto de investigaciones en la búsqueda de los ideólogos externos de los atentados de 1992 y 1993, cuando murieron Giovanni Falcone, su esposa, Paolo Borsellino y los agentes de sus escoltas.
En tiempos muy recientes los misterios del Opus Dei han vuelto a la luz de los reflectores con dos eventos.
El primero sacado a relucir por Sabrina Minardi, la ex amante de Enrico De Pedis, llamado Renatino, boss de la banda de la Magliana, ligado a Pippo Caló, exponente de relieve de la Cosa Nostra de los corleoneses, que después de veinticinco años confiesa la involucración de su ex compañero en el secuestro de la pobre Emanuela Orlandi, hija de un dependiente del Vaticano que desapareció en la nada el 22 de junio de 1983. (Sobre este caso ha investigado por mucho tiempo el juez Ferdinando Imposimato, cuyas consideraciones han sido recogidas en el libro: ''Vaticano-un negocio de estado'', Ed. Koiné 2003).
Actualmente las declaraciones de esta super testigo que involucran a Marcinkus en persona en el secuestro de la joven están siendo estudiadas aténtamente por los investigadores que ya han hallado muchas contradiciones, pero el nombre de De Pedis ha despertado otro escándalo.
Efectivamente, el criminal, ha sido enterrado, bajo concesión del prelado Javier Echevarria, que sucedió a de Portillo en la prelatura del Opus Dei, en la basílica de Sant'Apollinaire donde descansan muchos otros importantes monseñores y su misa fúnebre fue oficiada por Monseñor Piero Vergari, rector de la basílica.
¿Qué relación tenía este lúgubre personaje con la Santa Sede?
¿Y qué tenía que ver, si tenía que ver, con la desaparición de la pobre Emanuela Orlandi?
Misterios, misterios y más misterios, al que se añade otro recientísimo y delicadísimo dado que involucra directamente a un exponente de primer plano de la finanza católica nacional y supernumerario del Opus Dei: Gianmario Roveraro.

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