LOS TESTIGOS DISPUESTOS A JURAR: ERAN HERIDAS AUTENTICAS
Un milagro solo para pocas personas. Efectivamente, todo ha sucedido cuando la casa de campo de la familia D’Ignazio estaba casi vacía. Los fieles que cada viernes invaden el espacio abierto debajo del olivo bautizado como “El árbol de las apariciones” no eran muchos a esa hora. La cita, normalmente, es a las cinco. La aparición de Jesús ha ocurrido media hora antes. Ha dejado sin palabras a los que estaban presentes.
Mario estaba por tomar posición en frente de la pequeña gruta donde se encuentra la estatua de la Virgen para empezar a rezar el rosario, cuando de repente se ha arrodillado, ha entrado en trance y ha aparecido sangre en sus manos. En ese mismo instante todos los presentes le han imitado, enseguida han pensado en los estigmas y empezaron a rezar intensamente. Estupefactos y temblorosos. Nadie podía creer que estaba viviendo “en directo” una manifestación divina.
5 de Junio de 2010
Fuente: Senzacolonne